La oportunidad para cambiar las cosas
Lo que nos quedó claro en estas elecciones generales del 5 de mayo, es que la forma de hacer política ha cambiado.
Ya la población está más consciente, y que, en efecto, no olvida, aunque se dieron casos de votaciones “cuestionables” o que agradaron a varios.
Lo puedo calificar como “voto castigo”, en especial cuando vemos cómo se está conformando la Asamblea Nacional de Diputados.
Ya no basta regalar bolsas con comida, ofrecer bloques, zinc, y demás enseres a los electores para comprar o garantizar sus votos, y eso se vio cuando muchos de los que recorrieron las distintas comunidades con grandes masas de simpatizantes, se quedaron en el fondo de la votación y no dieron ni la lucha.
Para los que lograron salir reelectos, espero que esta sea una lección para que entiendan que ya es más que solo pensar en cada fin de año o cuando empieza las campañas estar a disposición de los electores, cuiden su posición y la oportunidad de representar a sus simpatizantes y trabajen.
Mientras que, para las mayorías de personajes nuevos que salieron electos, esta es una oportunidad para realmente cumplir todo lo que prometieron.
Al pueblo le queda la tarea de ser fiscalizador de que esos compromisos se materialicen.
La masiva asistencia el pasado domingo para ejercer el voto, nos deja claro que tenemos el poder de cambiar las cosas, pero ahora no podemos dejar esto en una simple escogencia de nuevos personajes, sino que tenemos que formar parte del proceso y estar vigilantes de los que nuestras autoridades hagan o dejen de hacer, por el bien del país. Que el voto castigo que se dio esta vez, no sea en vano. * La autora es periodista.
