El casino no es el enemigo
11 de octubre de 2020
La actividad lúdica se desarrolla en el país bajo reglas claras que permiten su operatividad, lo que genera un importante movimiento en la economía, y en el pago de impuestos.
La pregunta, de por qué se abren casinos y no playas genera el falso ideal de que debemos prohibir todo comercio que en mayor o menor medida promueva el vicio.
De ser así, ni los bares ni el hipódromo podrían reabrir. Por ello no se trata de anular una actividad para reaperturar otra, sino de pedir que ambas, que nada tienen que ver, puedan reabrir lo más pronto posible.
mario lara
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