Protegiendo a los depredadores del mar

La expedición inició hace más de un año, cuando contacté por primera vez a Jim Abernethy, hace mucho tiempo sigo sus redes y su carrera en pro de la conservación de los tiburones. 

Durante los últimos meses sumé un equipo invaluable de personas que han creído en mi trabajo y a quienes agradezco todo el apoyo, entre ellos a mi instructor de buceo, Fredy de Expedición Coiba, quien se convertiría parte esencial del proyecto, aprendiendo de primera mano los procesos que conforman la delicada operación de bucear con estos hermosos animales, así como María Pelaez, Ingrid Arvelo, entre otras bellas personas que han apoyado esta primera expedición de muchas formas para lograr el éxito, convirtiendo un proyecto personal en una plataforma de personas valiosas con quienes hemos desarrollado Panamá Sharks & Sealife Alliance, marco con el cual estaremos desarrollando proyectos de educación ambiental y planes propuestas para apoyar los esfuerzos existentes en materia de conservación de nuestros recursos marinos.

Llegado el día viajamos hasta West Palm Beach, Florida donde abordamos el Shear Water. Casi a las 6:00 PM entró a la nave el gran maestro de la conservación de tiburones Jim Abernethy, un hombre  sencillo y humilde, para iniciar una expedición que nos abriría los ojos a todo un universo de posibilidades para Panamá.

La nave tomó rumbo a Bahamas, donde por los siguientes días aprenderíamos que los tiburones no son bestias come humanos.

Ellos están su hábitat, los encuentros mortales entre humanos y tiburones son accidentales, los tiburones no pasan su vida esperando la oportunidad de morder al humano, son en su mayoría encuentros en los que nuestros comportamientos dentro de su entorno generan estímulos que los confunden.

Eduardo Estrada 
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IG: @eestrada_wildlifephoto