Cultura

El surrealismo de Magritte revoluciona Bruselas 50 años después de su muerte

01 de agosto de 2019

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EFE |  La huella del pintor René Magritte, icono del surrealismo belga, estará más viva que nunca este año en Bélgica, donde instituciones, museos y varios monumentos del país rendirán homenaje al artista con motivo del 50 aniversario de su muerte a través de exposiciones y experiencias virtuales.

El extenso programa, presentado hoy en el museo bruselense dedicado al pintor, arrancará el 30 de junio en la ciudad costera de Knokke, con un tour virtual que explorará el mundo mágico del pintor en el interior de un enorme bombín, como el que visten los hombres invisibles de sus cuadros, con capacidad para 50 personas.La huella de Magritte está desde 1953 en el casino de esa ciudad del norte de Bélgica, donde el artista se consagró con la creación de una de sus obras más ambiciosas, un "Fresco encantado" de 70 metros de largo y 4 de alto, que aún hoy decora ese centro cultural que ha dedicado exposiciones a Picasso, Matisse, Chagall, Dalí o Max Ernst.La sala que acoge la obra, bautizada con el apellido del artista, se abrirá este año al público de manera excepcional, mientras que, a partir del 20 de octubre, el centro cultural de Scharpoord dedicará una muestra a la relación del pintor con el mar, que le sirvió de inspiración en más de 25 cuadros."La playa y las olas, el mar y el cielo, forman a menudo el segundo plano de sus temáticas surrealistas y nos ayudan a entender el mundo que hay detrás de Magritte", afirmó durante la presentación el conde Léopold Lippens, alcalde de la ciudad.Pero el centro neurálgico del homenaje será Bruselas y, en concreto, el museo Magritte, con una gran exposición a partir del 13 de octubre que indagará en su diálogo con Marcel Broodthaers, que influyó enormemente sus creaciones y su manera de representar los objetos."Ese diálogo contribuyó a la emergencia del surrealismo conceptual, con sus famosos 'cuadros-palabras' que marcaron el inicio del arte conceptual", explicó a Efe, Michel Draguet, el director general de los Museos reales de Bellas Artes de Bélgica, en el que se integra el de Magritte.La idea del museo es también reunir las creaciones de artistas contemporáneos posteriores a 1980, como George Condo o Gavin Turk, Sean Landers o David Altmedj, que han reflexionado en sus obras sobre esa manera de reproducir los objetos, asociados a una palabra que en realidad no se corresponde con los mismosEl homenaje también relanza el concepto de "belgitude", la actitud belga de la que "Magritte es representante", que se cuestiona "hasta su propia identidad cultural" y que se refleja en algunos de sus cuadros más emblemáticos, como el que representa una bien delineada pipa de tabaco acompañada de la frase "Esto no es una pipa" ("Ceci n'est pas une pipe").Los belgas, poco dados a enorgullecerse de una identidad "que ven como hueca, en un país casi artificial y construido políticamente", encuentran en Magritte un representante "de cierta manera belga de entender la vida, de un país surrealista", apuntó Draguet."Magritte es el vehículo de esta identidad cultural que tanto necesitamos hoy en día en una Europa en crisis", añadió.El homenaje del museo incluye también productos de márketing como la creación de una cerveza de la que se pondrán más de 4.000 litros a la venta en el museo, un proyecto virtual con el Google Arts Institute para difundir su obra, conferencias y visitas pedagógicas.Además, para 2019 el museo prepara una gran exposición "Magritte-Dalí", para mostrar la relación artística entre ambos, desde que en 1929 el belga fue a pasar un verano a Cadaqués (noreste de España) y quedó impregnado para siempre del modo en que el artista catalán creaba universos imaginarios con carácter real.A partir del verano, el museo revestirá sus ventanas, otro elemento fundamental en la obra de Magritte, de algunos de sus cuadros, con "un toque surrealista inesperado", avanzó el director del museo.El genio que escondía hombres detrás de manzanas verdes o dibujaba enormes nubes blancas en cielos despejados con forma de ojo, palomas o bombines, también podrá descubrirse en el Atomium.El monumento más conocido de Bruselas creará una exposición "teatral" con "decorados surrealistas y recorridos en 3D para que el espectador pueda bucear en el universo de Magritte", dijo su director, Henri Simons.Quienes quieran completar el recorrido pueden ir a ver una obra al Teatro Real de las Galerías Saint-Hubert, en el centro de Bruselas, donde Magritte creó, en el techo, su mayor cielo de nubes, casi invisible por la suciedad y el paso del tiempo hasta que fue sido recientemente restaurado.

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