Frutas tradicionales de Panamá son las rarezas en el mercado
Frutas tradicionales como el caimito, marañón, icaco y el mamey han desaparecido en Panamá. Vendedores y productores explican que su pérdida no solo afecta la biodiversidad, sino también la identidad cultural del país









En los últimos años, Panamá ha sido testigo silencioso de la desaparición progresiva de varias frutas tradicionales que alguna vez poblaron en los patios, caminos y mercados. Estos sabores, ligados profundamente a la identidad cultural del país, han ido cediendo espacio ante la expansión urbana, la deforestación, el cambio climático y la preferencia por cultivos más rentables o comercialmente viables para los productores.
Para vendedores y los productores, las frutas como el caimito, jobo, marañón de pepita, mamey, icaco o ciruela blanca, guaba, piñuela, entre otras eran antes comunes en la vida cotidiana del panameño; sin embargo, hoy se consideran rarezas por la poca producción que se encuentra a la venta en los mercados. Además, explicaron que las frutas que han incrementado sus ventas en un 60% son el guineo, aguacate, la piña, el mango y el mamón verde; esto debido a la alta producción que existe en el interior y el alto consumo por parte de los jóvenes y los adultos mayores.
La vendedora de la Refresquería Nadia, Izta de León, resaltó que “el caimito era una fruta esperada en temporada, por su dulzor. Encontrarlo ahora en un mercado capitalino es casi un golpe de suerte”.
Mientras, el productor Rafael Gómez señaló que la desaparición de estas frutas no solo representan una pérdida de biodiversidad, sino también una desconexión con las raíces culturales del país. “Estas frutas se han dejado de vender porque son pocas las producciones que existen, aunque siguen vigentes, son pocos los panameños que conocen de ellas”.