Cultura

La oración, ¿hábito en peligro?

Para los creyentes de distintas religiones, se trata de la comunicación directa con Dios

14 de febrero de 2024

La oración es el acto de entablar conversación sincera con Dios, como el amigo que es, así lo explica el padre Carlos Vilanova, de la Basílica Menor Don Bosco.

Sin importar el credo, esto suele practicarse por fe y devoción; además, es un mandato plasmado en los diversos libros sagrados, como la Biblia y la Torá.

“Jesús nos invita a orarle al Padre que está en el cielo y esto puede ser muy personal o en comunidad, como se hace en los templos con la guía litúrgica. En privado, se puede hacer con los salmos, rosarios, viacrucis, la Coronilla de la Misericordia o palabras espontáneas”, sostiene Vilanova.

La contestación por parte de Dios, agrega, no suele ser directa, pero sí llega a través de comentarios de personas concretas alrededor o en la homilía. “Es por ello que se debe estar atento”.

Para el pastor José Aníbal Martínez, de la Primera Iglesia Bautista de Panamá, no debe entenderse como una repetición de palabras mágicas o amuletos espirituales. “Ahí es dónde de corazón se agradece, se pide, se suplica, se cree y confía, conforme a Mateo 6:5-14+5”.

En algunas corrientes religiosas son obligatorias durante ciertos momentos del día, la tarde y la noche, este es el caso del islam.

En tanto, en el budismo, se hace mediante mantras.

Mediante la oración también se obtienen beneficios neurológicos, psicológicos y emocionales, conforme al pastor Adonis Betancourt. “Nos da salud mental, orar fortalece la confianza en Dios”.

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