Mitos y verdades del ayuno intermitente
Para lograr diversos objetivos físicos se restringe la ingesta de alimentos por un tiempo específico
Mitos y verdades rodean el ayuno intermitente, una práctica muy popular en estos días, sobre todo, dentro de la comunidad fitness.
Antes de desglosar sus beneficios y desventajas, hay que dejar claro que no se trata de una dieta.
“Son dos conceptos completamente diferentes. El ayuno es la restricción de la ingesta de alimentos por un tiempo específico, mientras, la palabra dieta implica consumo”, así lo explicó la nutricionista Ana Carolina Pérez, de Salud e Imagen en Consultorios Town Center.
Las horas de restricción de comida dependerán de los objetivos trazados. Pueden variar entre 16, 18, 24 y hasta 48 horas. “La mayoría de quienes lo practican buscan bajar y sostener el peso corporal. Luego de cumplirlo, se debe continuar con una alimentación balanceada”, dijo la experta.
Científicos han realizado múltiples investigaciones sobre las propiedades antienvejecimiento y beneficios metabólicos del ayuno.
Por otro lado, supone un cambio crucial en el organismo que gran parte de la comunidad médica no recomienda.
Sobre esto, Pérez manifestó que: “Lo considero un hábito bastante delicado que no sugiero a mis pacientes por las alteraciones emocionales y psicológicas que suelen manifestar una vez lo realizan”.
Está contraindicado para pacientes que están en riesgo o que atraviesan trastornos de la conducta alimentaria, trastornos gastrointestinales o enfermedad renal.
Al entrenar
De acuerdo al entrenador físico y atleta Roger Maldonado, realizar entrenamiento en ayunas, sobre todo antes de la primera comida del día, es una excelente opción para acelerar la quema de grasa.
Explicó que esto se debe a que, después de toda la suspensión de comestibles, las reservas de glucosa y glucógeno estarán casi vacías. “Por lo tanto, para llevar a cabo el ejercicio, el cuerpo va a tener que quemar grasa como fuente de energía, en vez de glucosa”. Aconsejó buscar la guía de expertos y no llevarlo a cabo sin supervisión.
El ayuno reduce la resistencia a la insulina, disminuyendo el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Puede reducir el estrés oxidativo y la inflamación del cuerpo en algunos pacientes.
Efectos adversos: irritabilidad, dificultad para concentrarse y trastornos del sueño.
El ayuno promueve la producción de la hormona del crecimiento humano.
El ayuno puede fomentar la pérdida de tejido muscular. También, se han dado casos de personas que lo han realizado y desarrollan temor hacia la comida, principalmente al desayuno. Se recomienda siempre actividad física y supervisión.
Lleva un proceso adaptativo y progresivo, ya que es recomendable ir de manera paulatina retirando los alimentos en diversos rangos de horarios, de acuerdo al estilo de vida del paciente.
