Pangolín, la especie más traficada en el mundo

Los pangolines son pequeños mamíferos que solo se mueven por la noche. Solo un zoológico ha podido mantener a uno de ellos con vida. A pesar de su rareza, esta es la mayor víctima del tráfico ilegal de especies, por encima del elefante y el rinoceronte.
Los pangolines son increíbles: con sus escamas brillantes y cabezas puntiagudas, parecen dinosaurios en miniatura. Los bebés montan en las colas de sus madres; atrapan hormigas con sus lenguas de 25 cm de largo y pueden acurrucarse como una pelota blindada que espanta a cualquier depredador, excepto los humanos.
Al ser tan elusivos, no se sabe mucho más sobre ellos. Una reunión de investigadores del pangolín, celebrada en enero de 2017 en Singapur, concluyó que el aumento de la demanda de pangolines en China ha provocado "grandes disminuciones" en las poblaciones de Camboya, Vietnam y Laos.
"Los pangolines se han utilizado en la medicina tradicional china durante miles de años, pero el crecimiento de la población humana y una mayor riqueza en en este país han aumentado la demanda", dice el Worldwatch Institute.
"Los fetos, las escamas y la sangre del pangolin se usan en la medicina, su carne se considera un manjar y los pangolines rellenos se venden como souvenirs".
Las ocho especies de pangolines (cuatro asiáticas y cuatro africanas) están prohibidas en el comercio internacional gracias a una mayor protección aprobada en la conferencia de 2017 de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), que alberga ONU Medio Ambiente.
Sin embargo, una nueva investigación basada en las incautaciones transfronterizas de pangolines muestra que al menos 120 toneladas de pangolines enteros, partes o escamas del animal fueron confiscadas por las agencias de orden público entre 2010 y 2015. En promedio, los pangolines pesan unos 5 kilogramos, por lo que se trata de muchos pangolines.