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Alexander Bublik, un 'rara avis' para poner a prueba a Sinner en cuartos de Roland Garros

03 de junio de 2025

Conocido por sus extravagancias sobre la pista y por no morderse la lengua en sus declaraciones, el kazajo Alexander Bublik, rival el miércoles del N.1 del mundo Jannik Sinner en cuartos de final, desentona en un circuito ATP plagado de "robots" que le hacen sentirse "diferente".

A comienzos de marzo, Bublik, que en mayo de 2024 llegó a ser 17º del mundo y que actualmente ocupa el puesto 62 en el ranking ATP, perdió en primera ronda del Masters 1000 de Indian Wells contra Yosuke Watanuki, modesto jugador en aquel entonces 349º del mundo.

Luego de esa octava derrota en diez partidos disputados en 2025, cayó al puesto 82, su peor clasificación en casi seis años.

"Si sigues así, serás pronto borrado del mapa del tenis", le lanzó su entrenador Artem Suprunov, quien le sugirió entonces una terapia tan inusual como efectiva: "Un viaje a Las Vegas", a una hora de avión.

- Inflexión en Las Vegas -

"Resaca en Las Vegas. Sí, fueron tres buenos días", saborea el kazajo.

Inscrito en el Challenger de Phoenix, un torneo del circuito secundario, aterrizó tres horas antes de su partido.

"Me dije: 'Bueno, soy nulo, ya no puedo ganar ni un partido, así que voy a darlo todo, ya veremos'". Alcanzó la final, batido por la estrella ascendente brasileña Joao Fonseca.

La anécdota se une a las muchas que hacen de Bublik un jugador "diferente" en el circuito, un hombre que lanzó en 2020 que sólo jugaba a tenis "por dinero".

"Desde mi punto de vista soy alguien normal. Son los demás los que me hacen sentir diferente", argumenta.

"Soy un chico con el que puedes encontrarte pasando un buen rato por las calles de París la noche de antes de un partido, soy sociable", explicaba.

Bajo presión para conservar su ranking el año pasado, afirma haber perdido el tiempo en querer jugar a "ser soldado", "vigilar la alimentación, dejar de beber, de salir de fiesta".

"Yo quería alcanzar el Masters, el Top-10... pero eso no funciona así", y los resultados esperados no llegaron. "Me quemé", reconoce.

- "Golpes locos" -

Mientras crecen las quejas entre muchos jugadores por lo sobrecargado del circuito, Bublik puede "saltar un entrenamiento" con toda normalidad.

"Hoy todo el mundo son como robots, unos locos del rendimiento", denuncia.

"Los hay que han ganado 100 millones de dólares, 25 títulos, y aún quieren más. A mí eso no me parece normal. Pero es a mí al que tildan de diferente".

"¿Si tengo ganas de poner mi vida, mi salud, en juego por eso (por el éxito)? La respuesta es no. ¿Voy a seguir trabajando? Quedad tranquilos, me entreno. Hago lo mínimo y lo máximo al mismo tiempo para ser el jugador que soy, para estar en la posición en la que me encuentro", confesaba después de eliminar al británico Jack Draper en cuartos de final.

Pero sí asume sus diferencias sobre la pista: "Porque no me queda otra".

Gran sacador, de vez en cuando se atreve con la cuchara, intenta gestos como el golpe entre las piernas ante Alex De Miñaur en segunda ronda en una bola de set.

"A veces tengo que intentar golpes locos, aunque parezca extraño, porque es mi única oportunidad", sostiene.

Ante Sinner deberá sorprender con su paleta de golpes más locos.

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