Loïs Boisson, del trauma a la gesta en Roland Garros



Espectacular revelación de Roland Garros, la francesa Loïs Boisson, de 22 años, impresiona por su determinación, sus cualidades físicas y su juego a medida para la tierra batida. Gracias a un "rigor extremo", la 361ª del mundo ha pasado en un año de una grave lesión a meterse en semifinales de un Grand Slam.
Primero llegó el grito de rabia el lunes después de su sorprendente victoria ante la N.3 del mundo Jessica Pegula. La expresión de haberse quitado un peso de encima, no tanto por su rival como por haber vencido a las lesiones.
Poco después, ya con sus poderosos músculos más relajados, sus manos perfilaron un corazón dedicado a la pista Philippe-Chatrier, que pisaba por primera vez.
El miércoles regresó al templo tenístico y apareció su versión más emotiva tras meterse en semifinales. Una nueva gesta en dos sets contra la N.6 del mundo, la rusa Mirra Andreeva, que no había cedido un solo set hasta entonces.
La hasta hace poco desconocida tenista de la ciudad de Dijon prosigue así su gran sueño; ganar Roland Garros.
Un sueño que ahora parece un poco menos irrealizable para Boisson, 361ª del mundo antes del torneo, pero que la semana que viene entrará en el Top-100 y será incluso la N.1 francesa.
Una situación que sonaba utópica en 2024 cuando se rompió el ligamento cruzado de la rodilla izquierda. Justo antes de Roland-Garros, cuyo cuadro final le tendía los brazos con una invitación después de su título en Saint-Malo en el circuito secundario.
- "Trauma" -
"De un golpe, todo se detuvo", retraza para la AFP su preparador físico Sébastien Durand. "Un trauma físico pero también mental".
"Pero ahora ha quedado atrás", afirma. Su operación en Lyon, donde entrena, es pasado. Lo mismo que la rehabilitación y los nueve meses sin jugar.
Esa lesión "fue muy dura de aceptar", reconoce la hija del antiguo jugador de baloncesto Yann Boisson, "bien rodeada" por su familia y su equipo.
Sébastien Durand, que trabaja desde hace más de tres años con Boisson, explica que ella "nunca ha necesitado que la motiven", más bien al contrario, "ponerle el freno".
Con su rodilla tocada, optimizó su mitad superior del cuerpo. Resultado, un golpe liftado con la diestra devastador. También ha trabajado el entrenamiento neuro-visual con un especialista de ese método innovador que se centra en estimular las capacidades visuales y neurocognitivas.
Para explicar un regreso tan rápido como exitoso, Durant apunta al "extremo rigor" de Boisson. "Es extremadamente meticulosa, concienzuda", explica, añadiendo que "no deja nada al azar".
Fuera de las pistas ha erigido en torno a ella una sólida estructura, con su entrenador Florian Reynet, su preparador físico, fisioterapeutas, una nutricionista y un posturólogo (especialista en el equilibrio corporal).
- 'Ningún límite' -
"Discreta y simpática", según quienes la conocen de cerca, Boisson sabe también manejar el humor. Antes de Roland Garros, en el WTA 250 de Rouen, logró su primera victoria en el circuito contra Harriet Dart. Cuando la británica ironizó sobre su olor personal en plena pista, la francesa replicó en redes sociales... ofreciéndose a colaborar con una marca de desodorantes.
Un patrocinio menos necesario ahora: su recorrido en Roland Garros le ha generado de momento cerca de medio millón de dólares.
"Eso cambia una vida", valora Pauline Parmentier, antigua tenista francesa quien, además del aspecto financiero, se refiere al ascendente mental: ahora ella sabe que "puede ganar a Top-10, no tiene ningún límite".
Boisson regresará el jueves a la Central para desafiar a la N.2 del mundo Coco Gauff semifinales, mientras que Aryna Sabalenka (1ª) e Iga Swiatek (5ª) pugnarán por el otro boleto a la final.