Los cazatalentos buscan a los Springboks del futuro entre los escolares




Con chaquetas de vivos colores, los estudiantes de secundaria se agarran, gritan o se pasan el balón ovalado desde el viernes en Stellenbosch, donde cazatalentos de cada una de las cuatro franquicias sudafricanas buscan a futuras estrellas entre jóvenes rugbiers de las mejores escuelas del país.
Es una día soleado en un verano austral que se resiste a abandonar Sudáfrica y el entrenamiento en el Grey College concluye con un mensaje a los jugadores: "Si hay agentes que os solicitan una cita, decídnoslo, solo queremos vuestro bien", avisa en afrikaans el entrenador del equipo, Stefan 'Putu' Pretorius.
Este instituto de Bloemfontein, en el centro del país, es la escuela de la que han salido más Springboks, sobrenombre que se da a los internacionales sudafricanos.
En total, 31 desde 1992, cuando el país dejó de estar en el ostracismo en el mundo del rugby. Entre ellos, los dobles campeones mundiales François Steyn (2007 y 2019) o Cobus Reinach (2019 y 2023).
- De padres a hijos -
El Grey College figura entre las escuelas más prestigiosas de este país, cuatro veces campeón del mundo -incluyendo las dos últimas-, que se han citado para el festival de rugby más célebre del país, con más de 3.000 espectadores en la grada y un olor presente de 'braai', la barbacoa local.
Por primera vez se organiza en el sur, cerca de Ciudad del Cabo, en Stellenbosch, una localidad con arquitectura colonial neerlandesa.
Cuatro de los 'Grey Boys' han cerrado ya un acuerdo con una franquicia: los Bulls de Pretoria, los Lions de Johannesburgo o los Sharks de Durban.
El futuro del que se presenta como el mayor talento de su generación todavía está en el aire. Con solo 18 años, el centro Ethan Adams tiene ya el sobrenombre de 'The Tank' (El Tanque) y vídeos con sus mejores acciones circulan por las redes sociales. En Instagram tiene 20.000 seguidores.
"Las franquicias nos observan cada partido por televisión, así que estos que vienen ahora no cuentan más que otros", relativiza el medio apertura Jan-Hendrik Van der Linden, líder espiritual el sábado dirigiendo las sesiones de estudios bíblicos.
Una cadena incluida en el paquete deportivo de televisión emite partidos de rugby entre escolares, lo que evidencia el interés en el país por las jóvenes promesas de este deporte.
"La mayor parte de los jugadores han firmado con menos de 18 años con agentes o franquicias", cuenta a la AFP Marais Schmidt, agente para In Touch Sports.
- Tres Springboks en el cuerpo técnico -
"Los institutos fichan entre los menores de 13 años. Otorgan becas, principalmente es así como se hacen con jugadores", explica.
No es tanto el caso del Grey, donde a menudo se mantiene una línea de padres a hijos.
Con la gorra del colegio en la cabeza, y la indiciación 'clase del 90', JB van den Berg asiste al partido de su hijo Benjamin, wing, y alaba el 'Grey gees' en afrikaans, el "espíritu" del colegio.
"Si eres un antiguo Grey es un sueño ver a tu hijo jugar en el primer equipo", describe este quincuagenario que jugó algunos años en el equipo profesional de Bloemfontein.
El cuerpo técnico del equipo escolar podría serlo de una formación de primer nivel; hasta tres antiguos Springboks crean un entorno formativo privilegiado.
- Becados -
Además de Ethan Adams, que había llamado la atención con sólo doce años, la otra sensación del equipo es el zaguero Lamla Mgedezi, que también llegó becado al Grey College.
Los gastos de escolaridad se elevan a 52.000 rands al año en régimen de internado (sobre 2.600 euros), casi el doble del salario medio anual en el país.
"Es extraordinario que un chico como Lamla tenga la oportunidad de estar en el Grey College, es un modelo para muchos y un chico formidable", explica el director de rugby del centro, Bobby Joubert, sobre el autor de los dos primeros tries de los suyos el sábado contra el Noordheuwel, equipo de la provincia de Johannesburgo.
Originario de la región de Ciudad del Cabo, el joven de 16 años, alejado de los estándares de un rugby escolar formado por blancos, podría encarnar un cuento de hadas al estilo un pionero como Siya Kolisi, en un país en el que durante mucho tiempo las personas eran segregadas en función de su raza en el marco del 'apartheid'.