Pogacar IV de Francia, rey absoluto del ciclismo

Cuádruple ganador del Tour de Francia, campeón del mundo, ganador del Giro de Italia el año pasado y de una nómina kilométrica de carreras, Tadej Pogacar es el rey indiscutible del ciclismo y no parece dispuesto a abdicar de su corona.
Su dominio es absoluto en todo tipo de pruebas: carreras de un día, clásicas, 'Monumentos', grandes vueltas de tres semanas, en largos puertos como en empinados repechos, y a su colección de récords y marcas prácticamente sólo le queda el de ser definitivamente coronado como el mejor corredor de la historia, honor que por el momento sigue en manos del belga Eddy Merckx, ¿pero por cuánto tiempo?
Si se toma como referencia el Tour de Francia, la carrera más prestigiosa del calendario internacional, la que forja las leyendas del ciclismo como ninguna otra, 'Pogi' está a un solo Tour de igualar al cuarteto mágico: Merckx, Jacques Anquetil, Bernard Hinault, y Miguel Induráin.
- Tiempo por delante -
Y con sólo 26 años, el líder del UAE tiene tiempo de sobra para superarlos.
El 'Ogro de Komenda', que domina con puño de hierro a un pelotón cada vez más resignado a su 'insolente' superioridad, tiene también al alcance el récord de etapas del Tour ganadas por un solo corredor, las 35 de Mark Cavendish. Entre las dos últimas ediciones del Tour se ha llevado diez etapas para sumar un total de 21.
Unos logros que chocan con la imagen discreta y modesta que 'Pogi' muestra una vez se baja de la bicicleta.
Hijo de una profesora de escuela y de un diseñador de muebles, Pogacar reside en Mónaco con su prometida y compañera ciclista Urska Zigart.
En el Principado tiene como vecino a su amigo y compañero de entrenamiento fuera de temporada, el australiano Michael Matthews. "No ha cambiado, es un tipo muy humilde. Solo quiere divertirse y disfrutar del ciclismo", afirma Matthews.
- Una máquina y un cerebro -
Su compañero de equipo en el UAE Pavel Sivakov declaró a la AFP que Pogacar es una persona de trato fácil y con una personalidad siempre positiva. "Siempre es súper relajado y es fácil trabajar con él. Mentalmente, siempre se centra en lo positivo. Sabemos que siempre va a dar lo mejor de sí. Es humilde y contribuye al ambiente del equipo", sostiene Sivakov.
Su compatriota Matej Mohoric, del equipo Bahrain Victorious, lo tiene claro: "Nació con una máquina en su interior, y nació con el cerebro para utilizar esa máquina".
Pogacar nunca ha escondido que prefiere las clásicas de un día a la exigencia física y también mental que implica una carrera de tres semanas, con los ineludibles compromisos publicitarios y mediáticos que conlleva.
"A veces me pregunto lo que hago aquí, es tan largo... Cuento los kilómetros hasta París. Tengo muchas ganas de que se termine, de poder volver a casa y hacer otra cosa en la vida", afirmó durante este Tour.
Aunque añadió: "Cuando uno está en estos puertos con toda esta gente que te anima, eso da una motivación extra y uno se da cuenta de que finalmente no está tan mal".
Dado que parece poco probable que dispute la Vuelta a España, su próximo gran objetivo será la defensa de su maillot arcoíris en septiembre en Ruanda para reforzar un poco más su candidatura a ser el mejor corredor de todos los tiempos.