Treinta años de la dramática caída de Casartelli en el Tour de Francia

Un cuerpo inerte tendido sobre el asfalto, Richard Virenque celebra su victoria sin imaginar el drama acontecido unos kilómetros más atrás: son las imágenes que permanecen en el recuerdo 30 años después de la muerte del italiano Fabio Casartelli sobre la carretera del Tour.
Al igual que este viernes, la ronda francesa se encontraba en Los Pirineos el 18 de julio de 1995, para una 15ª etapa que llevaría a los corredores, entre ellos el maillot amarillo Miguel Induráin, de Saint-Girons a Cauterets.
El día es soleado cuando el pelotón corona a buen ritmo el primer puerto de la jornada, el de Portet-d'Aspet, y comienza el descenso. Son las 11h45.
En una curva a la izquierda, cuatro corredores se van al suelo: el alemán Dirk Baldinger, el francés Dante Rezze y los italiano Giancarlo Perini y Fabio Casartelli, el que parece más afectado.
En las primeras imágenes se ve al campeón olímpico en Barcelona 1992 -que no lleva casco (no era obligatorio en la época)- tendido en el suelo, sin moverse, cerca de unos bloques de hormigón que delimitan el asfalto de un precipicio.
El médico del Tour Gérard Porte no tarda en llegar, pero el corredor del equipo Motorola, que acababa de cumplir 25 años, no se levantaría nunca más: es trasladado en coma al hospital de Tarbes, donde fallece como consecuencia de "un traumatismo craneal y facial".
Era el primer corredor fallecido en el Tour desde el británico Tom Simpson en el Mont Ventoux en 1967.
La dirección anuncia la terrible noticia poco antes de las 15h00, pero los corredores, que no disponían de pinganillo, no se enteraron hasta la meta, donde Richard Virenque celebró su victoria, ajeno a lo sucedido.
Un velo de pena recubre la carrera, y la etapa del día siguiente es neutralizada. Los compañeros de Casartelli rebasan la línea de meta en Pau al frente del pelotón.
Tres días después del drama, Lance Armstrong ganaría la 18ª etapa en Limoges apuntando con el dedo al cielo en homenaje a su compañero fallecido.
Un monumento en memoria de Fabio Casartelli fue erigido unos meses después en el puerto Portet-d'Aspet, en el lugar de la tragedia.
La Unión Ciclista Internacional (UCI) haría obligatorio el uso del casco ocho años después, en 2003, después de la muerte de otro corredor, el kazajo Andrei Kivilev, durante la París-Niza.