Editorial

Maleantería

18 de mayo de 2022

La protesta es un derecho de todo ciudadano, pero la violencia y la extorsión son un delito de grave seriedad.

Impedir el tráfico, levantar barricadas, destruir propiedad pública y privada o levantar una barrera con alambre de púas o cubrirse el rostro, muestran un lado oscuro y otras intencion3es de quienes dicen defender al pueblo panameño.

Hay una complicidad silenciosa de la Universidad de Panamá, la cual permite, usando la “autonomía universitaria” como excusa.

Los actos vandálicos no reivindican a  ninguna lucha social y tampoco la fortalecen.

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