Internacionales

Divisiones en el poder israelí por estatuto de Gaza después de la guerra

19 de mayo de 2024

La cúpula del poder israelí está dividida sobre el estatuto de la Franja de Gaza después de la guerra, en momentos en que el Ejecutivo afirma que está librando una "batalla decisiva" para destruir al movimiento palestino Hamás.

Pero el hecho de que, tras más de siete meses de guerra, combatientes de Hamás se hayan reagrupado en el norte de Gaza, donde Israel había asegurado que el grupo había sido neutralizado, provocó disensiones dentro del gabinete de guerra israelí.

El sábado, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, fue duramente criticado por el ministro Benny Gantz, miembro del gabinete de guerra, que amenazó con dimitir si el mandatario no aprueba un plan para la posguerra en la Franja de Gaza.

Antes, esta semana, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, también había atacado a Netanyahu por no planificar cómo estará gobernado el territorio palestino después del conflicto.

El rechazo frontal del primer ministro a que se establezca un gobierno palestino en Gaza después de la contienda abrió una brecha entre los políticos y socavó las relaciones con Estados Unidos, principal aliado de Israel.

Algunos expertos apuntan que esta falta de claridad únicamente beneficiará a Hamás, cuyo líder insiste en que es imprescindible que su movimiento esté implicado en cualquier futuro gobierno del territorio.

"Sin una alternativa para llenar el vacío, Hamás continuará creciendo", apuntó el analista Mairav Zonszein, del International Crisis Group, en declaraciones a la AFP.

Emmanuel Navon, profesor de la Universidad de Tel Aviv, se expresó en la misma línea.

"Si se deja a Hamás solo en Gaza, por supuesto que [sus milicianos] aparecerán aquí y allá y el ejército israelí se verá obligado a perseguirlos por todas partes", afirmó Navon. "O se establece un gobierno militar israelí o un gobierno liderado por los árabes", dice.

- Presión de Estados Unidos -

El sábado, Gantz sostuvo que el gabinete de guerra debe diseñar y aprobar un plan de acción en un plazo de tres semanas, que incluya la formación de una "administración estadounidense, europea, árabe y palestina que gestione los asuntos civiles en la Franja de Gaza".

Tres días antes, Gallant había instado a Netanyahu "a tomar una decisión y declarar que Israel no establecerá un control civil en la Franja de Gaza".

Otros altos cargos, como el jefe del ejército, Herzi Halevi, y directivos de los servicios de inteligencia, el Shin Bet, también han criticado los planes de guerra de Netanyahu, según la prensa israelí.

El mandatario también está siendo presionado por Washington, que desea que ponga rápidamente fin al conflicto y que evite que sus tropas acaben metidas en una larga campaña de contrainsurgencia.

Además, Washington propuso que una especie de Autoridad Palestina "reformada" gobierne en Gaza después de la guerra, algo que Netanyahu ha rechazado tajantemente.

En cambio, el mandatario se aferra a su firme objetivo de "eliminar" a Hamás, asegurando que "no hay alternativa alguna a la victoria militar".

Pero los expertos advierten que la confianza en Netanyahu se está agotando.

"Con las críticas de Gallant al fracaso de Netanyahu a la hora de planificar el día después en términos de gobierno en Gaza, están empezando a aparecer algunas fisuras reales en el gabinete de guerra israelí", apuntó en la red social X Colin P. Clarke, director de políticas e investigación en el centro de reflexión Soufan Group.

- Negociaciones estancadas -

La guerra en Gaza estalló el 7 de octubre cuando comandos islamistas de Hamás perpetraron un ataque en el sur de Israel, que causó la muerte de más de 1.170 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP a partir de cifras oficiales israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares.

Más de 250 personas fueron capturadas y 125 permanecen secuestradas en Gaza, de las cuales se cree que 37 murieron, según el ejército.

Hasta ahora 35.386 palestinos, principalmente civiles, sobre todo mujeres, adolescentes y niños, han muerto en la vasta ofensiva de represalia lanzada por Israel, según datos del Ministerio de Salud de Gaza, gobernado por Hamás.

Muchos israelíes apoyaron los objetivos de Netanyahu en busca de venganza tras los ataques del 7 de octubre.

Pero ahora, cada vez hay menos esperanza en que los rehenes regresen y la paciencia con Netanyahu podría estar acabándose, según los observadores.

Después de que las fuerzas israelíes penetraran en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja, donde se refugiaron más de un millón de gazatíes, las negociaciones mediadas por Estados Unidos, Egipto y Catar para lograr una liberación de los rehenes cayeron en saco roto.

"El acuerdo sobre los rehenes está en un estancamiento total: ya no se puede dar la imagen de que se está avanzando", afirmó Zonszein, del International Crisis Group.

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