El nuevo primer ministro de Japón advierte sobre un mundo cada vez más “dividido”
El nuevo primer ministro de Japón, Shigeru Ishiba, advirtió este viernes que la “Ucrania de hoy podría ser Asia Oriental mañana”, en su primer discurso de política general, en el que prometió un aumento considerable del salario mínimo en el país.
“Combinada con la situación en Oriente Medio, la comunidad internacional se está volviendo cada vez más dividida y enfrentada”, declaró Ishiba ante el Parlamento, tres días después de haber asumido en el cargo.
“La Ucrania de hoy podría ser Asia Oriental mañana. ¿Por qué no ha funcionado la disuasión en Ucrania?”, subrayó, en una alusión velada a los temores de una invasión china de Taiwán.
La relación entre Japón y China se deterioró estos últimos años, a medida que Pekín afianzaba su presencia militar alrededor de territorios disputados de la región y que Tokio reforzaba sus relaciones de seguridad con Estados Unidos y sus aliados.
Ishiba apoya la creación de una alianza militar regional inspirada en la OTAN y declaró el martes que la seguridad de Japón “nunca estuvo tan amenazada desde el final de la Segunda Guerra Mundial”.
Salario mínimo
A nivel nacional, Ishiba tiene la intención de subir más de un 40% el salario mínimo medio a nivel nacional antes de que termine la década, para atenuar los efectos de la inflación y estimular el consumo.
Su predecesor, Fumio Kishida, se hundió en las encuestas debido a una serie de escándalos y a la inflación que castigaba el consumo de la cuarta economía mundial.
“Continuaremos trabajando con el objetivo de una media nacional de 1.500 yenes (9,30 euros, 10,26 dólares)” la hora para 2030, respecto al salario actual de 1.050 yenes, dijo en su discurso ante el Parlamento.
“Conseguiremos aumentos salariales superiores al alza de los precios, estimulando la productividad de los individuos y aportando valor añadido”, declaró.
Todas las declaraciones de Ishiba hasta el momento se inscriben “probablemente en la perspectiva de las próximas elecciones generales”, comentó Takahide Kiuchi, en una nota del Instituto de Investigación Nomura, antes del discurso.
Antes de asumir como primer ministro el martes, Ishiba anunció que planea convocar elecciones legislativas anticipadas el 27 de octubre para consolidar la legitimidad de su nuevo gobierno.
“La primera prioridad de la administración Ishiba es ganar estas elecciones y consolidar su base de poder”, subrayó Kiuchi.
Aunque su partido es el gran favorito, el gobierno de Ishiba solo cuenta con el apoyo de un 51% de la población japonesa, según una encuesta publicada el miércoles por el diario Nikkei, muy por debajo del resultado al inicio del primer gobierno de Kishida a finales de 2021.
Sucesión imperial
Japón, como numerosos países industriales, se enfrenta a una crisis demográfica, con una población envejecida y una tasa de natalidad por los suelos.
Según el Banco Mundial, el país tiene la población más envejecida del mundo después de Mónaco.
El año pasado, su índice de natalidad se estableció en 1,2; por debajo de los 2,1 niños necesarios para mantener el nivel de la población.
Ishiba calificó el viernes la situación de “emergencia silenciosa”, añadiendo que el gobierno iba a promover medidas de apoyo a las familias, como horarios de trabajo flexibles.
También habló de la falta de herederos masculinos al trono imperial. Debido a las normas de sucesión actuales, la familia imperial podría desaparecer, con un solo joven heredero: el sobrino del emperador Naruhito, el príncipe Hishaito, de 18 años.
La hija del emperador, la princesa Aiko, de 22 años, no puede acceder al trono en virtud de la ley sobre la casa imperial, en vigor desde 1947.
Las mujeres deben abandonar la familia cuando se casan con un plebeyo, como fue el caso de la exprincesa Mako Komuro, sobrina de Naruhito, que en 2021 se casó con un compañero de universidad.
En mayo, los legisladores comenzaron a discutir sobre la posibilidad de suavizar las estrictas reglas de sucesión, y una reciente encuesta de la agencia Kyodo reveló que el 90% de la población estaba a favor de abrir la sucesión a las mujeres.
“Estabilizar el número de miembros de la familia imperial es una cuestión particularmente urgente”, declaró Ishiba, que pidió un debate sobre el tema.