Inmensa muchedumbre en Manila para la misa final de un papa muy popular
Manila (AFP) - Millones de filipinos comenzaron a afluir este domingo a la inmensa aglomeración de Manila -y de todo el país- para la misa final de la visita del papa Francisco al archipiélago, bastión del catolicismo en Asia, donde tuvo una acogida triunfal desde el jueves.
La gente se empujaba para encontrar un buen lugar en el parque del Rizal, donde la misa se celebrará por la tarde.
De mañana temprano, con el cielo cubierto, en la universidad Saint-Thomas, unos 30.000 jóvenes agitando banderas del Vaticano acogieron al papa con entusiasmo.
Francisco debía hacerles las recomendaciones finales para el futuro de la Iglesia en el país, y responder a sus preguntas, antes de pasar entre ellos a bordo de su 'papamóvil'.
El papa argentino verá seguramente una asistencia récord, llegada de la capital pero también de todo el país, a pesar de los pronósticos de mal tiempo para Manila durante la tarde.
El sábado en Tacloban (600 km al sur), Francisco fue a encontrarse con las víctimas del supertifón Haiyan, pero tuvo que acortar su visita y regresar precipitadamente a Manila a causa de una tormenta tropical, en la que murió una voluntaria local, y que se dirigía, aunque debilitada, hacia el norte del país.
En la Iglesia católica se espera que Jorge Bergoglio concentre tantos o más fieles que Juan Pablo II hace 20 años en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), también en el Rizal Park. El papa polaco había alcanzado un récord absoluto, con una muchedumbre de cuatro millones de personas en una misa.
Algunos observadores afirman que se esperan entre cinco y seis millones de personas para la misa de Francisco.
El dispositivo de seguridad, por temor a un eventual (siempre posible) atentado contra un papa que circula durante largos trechos en un vehículo descubierto, era impresionante. Los policías eran decenas de miles, marcando cordones para dejar libres los espacios por donde pasará el papa por toda la ciudad.
Francisco es un adepto a los baños de multitudes y no quiso llegar al Rizal Park en helicóptero, como lo hizo Juan Pablo II en 1995.
Los habitantes de Manila se han beneficiado de cinco días feriados para la visita papal. En cada uno de los desplazamientos del Sumo Pontífice, las calles estaban atestadas de gente que se acercaba para verlo o buscaba, en una religiosidad muy popular, recibir una bendición a su paso.
Más del 80% de los filipinos son católicos, y son reputados por disfrutar de las procesiones y las grandes reuniones religiosas.
La Iglesia mantiene mucha influencia política y social.
Este momento culminante llega tras varias etapas -encuentro con las familias, visita a Tacloban, en especial-, que tuvieron enorme suceso.
- Exuberancia y religiosidad -
La corriente fluye entre Francisco y los filipinos. Más que en Sri Lanka, la primera etapa de su segundo viaje a Asia, fue recibido con exuberancia por los filipinos.
El origen hispánico (argentino) del papa encuentra eco en la cultura popular de esta excolonia española.
Su estilo caluroso, sus mensajes sobre las desigualdades, sobre la devoción popular, sobre la importancia de los lazos familiares, coadyuvan a la popularidad de Francisco.
Éste debía comenzar su jornada dominical con un encuentro interreligioso, en particular con musulmanes.
Se trata de una minoría sobre todo presente en Mindanao, al sur del archipiélago. Movimientos rebeldes musulmanrs se enfrentaron durante décadas a las fuerzas gubernamentales. La situación está lejos de haber sido apaciguada, sobre todo con la amenaza islamista latente.
Durante este encuentro, protestantes evangelistas, representantes budistas, judíos e hindúes también estarán presentes.
La misa final en Rizal Park permitirá a Francisco relanzar cada uno de los temas fuertes de sus encuentros precedentes: insistió sobre la lucha contra las desigualdades y la corrupción, una plaga en Filipinas.
Deberá llamar con firmeza a una clase política rica y católica, y a la jerarquía de la Iglesia, a comprometerse más con los pobres. Tampoco se guardó sus críticas a la falta de respeto a los pobres en la sociedad filipina.
Deberá animar y apoyar a todos los sacerdotes, religiosos y religiosas comprometidos en todos los campos sociales.
Además, deberá advertir, poner en guardia contra el 'relativismo' y el materialismo de la sociedad de consumo. El viernes, defendió vigorosamente los valores tradicionales de la familia filipina, a la que ve como una base fundamental de la sociedad y una muralla frente al individualismo.