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La amargura impera en Maidan la víspera de las legislativas en Ucrania

01 de agosto de 2019

Kiev (AFP) - 'Ucrania perdió', suspira un tembloroso Viktor Vashiuk, sumergido en su chaqueta de cuero. En Maidan, corazón de las protestas prooccidentales del pasado invierno en Kiev, el frío ha vuelto, pero la amargura ha reemplazado la esperanza la víspera de las elecciones anticipadas.

'Diga lo que diga la propaganda, Ucrania perdió', insiste este hombre de 54 años, acabado de llegar a la capital ucraniana desde Crimea, península del mar Negro incorporada a Rusia en marzo. Al no aceptar la nacionalidad rusa, él no podía encontrar empleo allí.

Las manifestaciones masivas que agitaron durante el invierno pasado la plaza de la Independencia de Kiev, otro nombre de Maidan, ahora quedan lejos.

Aunque las protestas consiguieron la marcha del entonces presidente ucraniano, el prorruso Viktor Yanukovich, su huida a Rusia se produjo después de que más de 100 manifestantes hubieran perdido la vida.

Asimismo, tras la pérdida de Crimea, en marzo, en el este de Ucrania comenzó un conflicto entre fuerzas ucranianas y separatistas prorrusos que ha dejado 3.700 muertos y más de 800.000 desplazados, según Naciones Unidas.

En este contexto, el ambiente no es de fiesta en Kiev, a pesar de la esperada victoria de los prooccidentales en las legislativas anticipadas del domingo.

Estos comicios deberán finalizar el cambio de poder iniciado en mayo con la elección de Petro Poroshenko como jefe de Estado y la puesta en marcha de las reformas que los ciudadanos reclaman.

'Tras el movimiento del Maidan, la gente se relajó y pensó que todo había acabado. Lo que no se esperaban era la llegada de un nuevo enemigo', estima Viktoria Vodopianovna, empleada de ferrocarriles de 41 años. 'Si sólo hubiésemos visto avances... Pero en la plaza, hay guerra', lamenta por su parte su amiga Natalia Datskiv, de 44 años.

- Sin 'derecho a equivocarse' -

La propia plaza de la Independencia, a pesar del cielo azul y el sol que la baña, parece un santuario con las imágenes de los manifestantes fallecidos, flores secas y velas en su honor.

Las fotografías de las protestas y del conflicto en el este se exponen al aire libre. Un inmenso estandarte de un cielo azul sobre un campo de trigo, en homenaje al campo ucraniano, domina la plaza junto a la bandera nacional azul y amarilla. Y escrito en grandes caracteres se puede leer 'Gloria a Ucrania', mensaje repetido por los opositores de Yanukovich y, desde su marcha, por los prooccidentales.

El estandarte oculta la fachada calcinada de la Casa de los Sindicatos, un macizo edificio de hormigón y sede de los manifestantes el pasado invierno, que se prendió fuego durante las manifestaciones de febrero.

Muchos ucranianos piensan que el Maidan, que ya albergó la 'Revolución naranja' prooccidental de 2004, podría llenarse de nuevo, especialmente de soldados furiosos procedentes del frente, si las actuales autoridades no cumplen con sus promesas. 'Las autoridades no tienen el derecho a equivocarse. La gente no lo aceptará', advierte Vodopianovna, para quien 'aquellos que combaten no aceptarán ningún paso atrás'.

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