La UE presiona a Londres para 'acelerar' las negociaciones sobre el Brexit

Bruselas (AFP) - Los negociadores del Brexit deben acelerar el paso, advirtió a Londres este miércoles la Unión Europea (UE) al desvelar un boceto de su tratado de divorcio, aunque los fragmentos del texto referidos a la frontera irlandesa pueden reavivar las tensiones.
Reino Unido no aceptará 'jamás' la puesta en duda de su integridad, dijo la primera ministra británica, Theresa May, ante los diputados británicos en reacción a la propuesta europea para evitar una vuelta a la frontera 'dura' entre Irlanda e Irlanda del Norte.
El jefe negociador de los europeos, Michel Barnier, presentó una primera versión de 120 páginas del tratado del Brexit, que traslada a lenguaje jurídico los compromisos alcanzados en diciembre sobre tres cuestiones clave: la situación de los expatriados, la factura de la ruptura del Reino Unido con la UE y el futuro de la frontera irlandesa.
'Si queremos tener éxito en esta negociación, y yo quiero tenerlo, debemos acelerar', indicó Barnier, recordando que apenas quedan 13 meses para el Brexit, previsto el 29 de marzo de 2019. La semana que viene está programada una nueva ronda de negociaciones, señaló.
Barnier detalló algunos fragmentos del texto publicado este miércoles --que aún tiene que ser discutido entre los 27 socios comunitarios antes de presentárselo a Londres-- entre ellos una parte especialmente sensible, referida a la frontera irlandesa.
En diciembre, la parte británica se había comprometido a evitar el regreso de una frontera física a la isla.
- 'No quiero provocar' -
En su proyecto de tratado, Bruselas propone que, a falta de otra solución, se establezca 'un espacio reglamentario común' que incluya a la UE y a la provincia británica 'sin fronteras interiores'.
Pero ese escenario parece incompatible con las líneas rojas de Londres, que quiere salir del mercado único y de la unión aduanera y evitar cualquier 'barrera reglamentaria' entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido.
'No quiero provocar a nadie. Conozco el orden institucional o constitucional de Reino Unido, y todos debemos respetarlo', afirmó Barnier. 'Intentamos encontrar soluciones de manera práctica y pragmática en el marco legal', afirmó.
'El borrador legal que ha publicado la Comisión (Europea), si se aplica, socava el mercado común británico y amenaza la integridad constitucional del Reino Unido', dijo May, y subrayó que 'ningún primer ministro daría jamás su acuerdo' a esta propuesta.
El proyecto de tratado incluye también las reglas del juego del periodo de transición que Reino Unido desea tener tras su salida, para evitar los efectos que podría tener una separación brusca, a la espera de que las dos partes concluyan los acuerdos comerciales.
- Transición 'no garantizada' -
Pero la transición 'no está garantizada', advirtió Barnier el martes.
'Nosotros hemos propuesto lógicamente que se termine el 31 de diciembre de 2020. A Reino Unido le gustaría mantener una duración abierta, algo que por supuesto no es posible', advirtió Barnier, recordando que la UE quiere acomodar ese periodo a su actual presupuesto plurianual (2014-2020).
Otra cuestión de discordia es la exigencia por parte de la UE de que los derechos de los ciudadanos europeos que lleguen a Reino Unido durante la transición sean los mismos de los que se establecieron allí antes de la salida británica.
A pesar del acuerdo concluido en diciembre entre Londres y Bruselas, sigue habiendo ambigüedades sobre cuestiones como el papel del Tribunal de Justicia de la Unión Europea tras el Brexit.
La UE quiere que pueda decidir sobre eventuales litigios sobre los términos del divorcio, como el financiero, que Londres calcula en entre 40.000 y 45.000 millones de euros.
Barnier recordó que debe alcanzarse un acuerdo completo con Londres antes del 'próximo otoño' boreal para que haya suficiente tiempo para los procedimientos de ratificación de ambas partes.
El tratado sobre el divorcio deberá ir acompañado de una 'declaración política' que delimite la nueva relación comercial entre las dos partes.
Pero las negociaciones formales al respecto aún no comenzaron y los europeos reprochan a los británicos que están tardando en presentar sus deseos, en un contexto de división en el seno de la mayoría conservadora.