“Los queremos de vuelta vivos”
Es el reclamo en Israel sobre los secuestrados por Hamás del pasado 7 de octubre, cuando tres mil de sus milicianos, atacaron por sorpresa en 30 puntos de la frontera entre Gaza e Israel, y ejecutaron a 1,200 personas
La confirmación del asesinato de seis israelíes secuestrados por Hamás de un grupo de 106 personas, a principios de septiembre, reavivó los reclamos sociales y política para la pronta liberación de los plagiados.
El 7 de octubre del año pasado, tres mil milicianos el grupo terrorista Hamás, atacaron por sorpresa en treinta puntos de la frontera entre Gaza e Israel, ejecutando a 1,200 personas, en su mayoría jóvenes que participaban en un festival de música electrónica o vivían en granjas colectivas conocidas como Kibutz.
“Los queremos de vuelta vivos”, es el reclamo de casi todo Israel. En sucesivas protestas y concentraciones de familiares, organizaciones no gubernamentales y fuerzas políticas opuestas al gobierno de Benjamín Netanyahu se exige una negociación que termine con el cautiverio.
Las autoridades israelíes estiman que unos 35 secuestrados estarían muertos.
Israel es un país que tiene seis frentes que le amenazan, con la presencia y ataques de Hamás, Hezbola, la Yihad Islámica y los Hutíes en Yemen, todos financiados e inclusive entrenados por Irán, que les proporciona armas de corto y largo alcance.
Una característica de las concentraciones en Tel Aviv e importantes ciudades de Israel, inclusive Jerusalén, es la participación de profesionales, clase media y amplios sectores de la sociedad, articulados en organizaciones no gubernamentales y el Foro de Familiares de Secuestados.
El Foro, alimentado por cientos de voluntarios, mantiene vivo el reclamo contra Netanyahu para traer a los rehenes de Hamás a casa.
En la “Plaza de los Secuestrados” en Tel Aviv, congrega a familiares amigos y voluntarios que siguen pidiendo que todos regresen.
Una mesa con decenas de puestos, platos e inclusive comida, son símbolo de la fe y esperanza, del retorno de los plagiados para celebrar el “Sabbat” (Shabat), día sagrado del judaísmo que se observa y celebra entre la noche del viernes y el sábado.
Los familiares, miembros del Foro y el resto de los manifestantes y sus liderazgos, han advertido que no se rendirán, hasta que todos los secuestrados retornen.
El grito es uno solo, “que vuelvan ya”.
