Monseñor Ulloa: “El diálogo sigue siendo una asignatura pendiente”
“El futuro, no solo de la Iglesia, sino de la sociedad, depende, en gran medida, del grado de salud de la familia”, expresó monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, al celebrar la fiesta de la Sagrada Familia.
Durante su mensaje, destacó que la familia es la primera y fundamental estructura donde se aprende el sentido de la solidaridad, la gratuidad y el cuidado del otro. “No nos engañemos, pase lo que pase y se diga lo que se diga: la familia es insustituible”.
Con el lema “Familia, fuente de esperanza”, esta festividad se celebró con gran alegría el domingo 29 de diciembre, en comunión con todas las diócesis del mundo, en el marco de la apertura del Jubileo 2025 convocado por el Papa Francisco.
Ante los agentes de pastoral, grupos y movimientos de familia de la Arquidiócesis presentes en la Catedral Basílica Santa María la Antigua, monseñor José Domingo Ulloa les indicó que “este día es una oportunidad especial para reflexionar sobre la familia que cada uno tiene, con sus defectos, deficiencias y limitaciones”.
Señaló que “la familia es el lugar donde Dios ha querido que vengamos a la vida y donde desea que nos santifiquemos, maduremos y crezcamos; es nuestro camino hacia el Cielo”.
“Pide a Dios que bendiga esa familia que tienes” fue la invitación de monseñor Ulloa Mendieta. Muchas veces, dijo, “pensamos que nuestra familia puede ser la más difícil y la peor, la que tiene más dificultades, sobre todo cuando la comparamos con otras, de las cuales solo vemos la fachada, pero nunca el interior”.
Asimismo, exhortó a luchar “contra las ideas negativas sobre las familias”, destacando que son ese lugar maravilloso donde el ser humano crece, se humaniza, aprende a amar y a entregarse a los demás, incluso a pesar de las dificultades que puedan surgir.
El diálogo, subrayó monseñor Ulloa, “sigue siendo una asignatura pendiente, especialmente entre las parejas y entre padres e hijos, sobre todo cuando éstos se han hecho jóvenes”.
Además, afirmó que es indiscutible el papel de la familia como educadora y transmisora de valores, necesario para consolidar la personalidad de las personas y la moral en una sociedad.
“Papá, mamá, recuerden: los primeros años del desarrollo de vuestros hijos son fundamentales, y tal vez a veces lo olvidamos. Que nuestros niños crezcan fuertes y llenos de sabiduría, gozando del favor de Dios, gracias a la cercanía y educación de sus padres”, fue el mensaje del arzobispo José Domingo Ulloa Mendieta a las familias de este pueblo noble.