Monseñor Ulloa hace un llamado a la unidad de la iglesia y a fortalecer a la familia

La Iglesia no es solo una institución, sino una comunidad de fe llamada a ser sal y luz en medio de la historia. La misión de evangelizar, de promover la justicia, de cuidar la creación y de acompañar a los más vulnerables, está en el corazón del mandato de Cristo y de la responsabilidad de todos los cristianos”, expresó Ulloa.
Con motivo del cierre del Mes de la Familia, Monseñor reflexionó sobre su significado: “La familia: cuna de la vida, escuela del amor, pilar de la sociedad. En tiempos de confusión y desarraigo, la familia nos recuerda quiénes somos: hijos amados, hermanos solidarios, padres responsables, abuelos sabios. Ella nos enseña a cuidar, perdonar, compartir y esperar. En la familia aprendemos a ser ciudadanos con conciencia, creyentes con esperanza, y personas con dignidad”, recalcó.
El arzobispo agradeció la convocatoria de la Alianza por la Vida y la Familia, la Alianza Evangélica, Pastoral Familiar, y los diversos movimientos de iglesia, como el Movimiento Familiar Cristiano, Matrimonios en Victoria, Encuentro Matrimoniales, Encuentro de Novios, Focolares, Legión de María, Camino Neocatecumenal, Cursillos de Cristiandad, Emaús, y tantos grupos pastorales de las diversas Zonas y Vicarías, por las marchas realizadas ayer, sábado 28 de junio de 2024.
“Ayer tuvimos nuevamente la oportunidad de alzar nuestras voces y nuestros pasos en esta marcha por la familia, no para confrontar, sino para afirmar con alegría y convicción que la familia es el corazón palpitante de toda sociedad humana. Caminamos juntos para celebrar, proteger y promover este tesoro insustituible, donde la vida nace, el amor crece, y los valores se transmiten de generación en generación. Ayer marchamos no con banderas ideológicas, sino con el corazón en alto. Donde reafirmamos que:
Toda persona tiene derecho a crecer en una familia donde se le ame y respete.
La familia fundada en el amor fiel entre un hombre y una mujer es un don de Dios y una riqueza para todos.
Apoyar a la familia no es un favor, es una necesidad social, cultural y espiritual.
Por eso volvemos a invitar a todos -autoridades, educadores, líderes comunitarios y religiosos- a que no olviden que la salud de la sociedad depende de la salud de las familias. Cuando una familia se fortalece, se fortalece un barrio, una escuela, una nación”, enfatizó Ulloa.