“No se puede improvisar con el cierre de minas”, dicen expertos
El cese de la actividad minera es un proceso largo que consta de requisitos para evitar el mínimo impacto en las áreas donde se realizó la extracción de minerales, por lo que conocedores en la materia exigen que inicien los estudios



El cierre de una mina no solo representa el fin de una operación extractiva, sino también el inicio de un complejo proceso de gestión ambiental, por lo que cerrar estas estructuras implica no solo detener las actividades de extracción, también la rehabilitación del terreno y su impacto en las comunidades, dicen especialistas consultados.
El abogado el ambientalista y presidente de la Federación de Profesionales de Panamá Donaldo Sousa explicó que “no podemos estar improvisando, aquí se tiene que implementar una ley de prohibición de minería metálica a cielo abierto, luego una comisión de alto nivel”.
“En El Salvador se creó la ley de prohibición de minería y se establecieron dos años y medio para los cierres. En Honduras hay otras legislaciones que establecen los derechos de los trabajadores, de cómo estos puestos se van a ir reconvirtiendo para que no queden en la calle de un día para otro”, agregó.
Por su parte Guido Berguido, de la Asociación Adopta Bosques, explicó que “como primer paso es imperativo que se ordene una auditoría ambiental independiente con participación de la academia, de la sociedad civil organizada y de expertos qué puedan hacer una valoración de la situación actual para poder documentar cuáles son las áreas de impacto. Si están fuera o dentro de la concesión, si se está dentro de los estudios de impacto ambiental. Determinar el grado de afectación y de contaminación de suelo, agua, aire, embalses, las tinas de relave”.
