Un darienita de 62 años retoma sus estudios para ser arquitecto
El Ministerio de Desarrollo Social (MIDES) informó que continúa brindando oportunidades de superación a panameños que, pese a las dificultades, han decidido retomar sus estudios y cumplir sueños que quedaron postergados por años.
Uno de ellos es Fernando Santoya, un darienita de 62 años que, aunque no tiene casa, mantiene firme una meta, culminar su educación y convertirse en arquitecto. Cada mañana, Don Fernando camina desde el refugio “Mi Hogar”, donde pasa las noches, hasta la Infoplaza de Santa Ana, donde el MIDES le brinda la oportunidad de estudiar.
La entidad detalló que desde niño, Santoya cambió los cuadernos por el azadón. La necesidad lo obligó a trabajar la tierra para llevar comida a su familia, dejando atrás su anhelo de aprender a leer y escribir. Décadas después, ese sueño renació gracias al programa “Muévete por Panamá”, una iniciativa del MIDES que ha alfabetizado a 1,780 personas durante los primeros 15 meses de la administración del presidente José Raúl Mulino, y a más de 84 mil ciudadanos desde su creación en 2007.
Fue en ese programa donde Don Fernando aprendió a leer y escribir, conquistando un sueño que había permanecido dormido durante gran parte de su vida.
Motivado por su deseo de superación, decidió continuar su formación ingresando al programa “Mi Nueva Meta”, que le permite avanzar en su educación formal. Este proyecto, impulsado por el MIDES en alianza con el Instituto Panameño de Educación por Radio (IPER), ofrece a las personas alfabetizadas la oportunidad de culminar su Educación Básica General y abrir nuevas puertas hacia su desarrollo personal y profesional.
Actualmente, Santoya forma parte de los 35 ciudadanos que participan en este programa, el cual se desarrolla con éxito en los corregimientos de Chilibre, Juan Díaz y Ancón. De lunes a viernes, asiste puntualmente a clases, donde dedica sus mañanas a resolver tareas, realizar ejercicios y ampliar sus conocimientos.
Padre de dos hijos y abuelo de tres nietos, Don Fernando ha decidido reescribir su historia. Su meta inmediata es obtener el diploma de Educación Básica General, pero su sueño va más allá: continuar sus estudios, cursar la premedia y convertirse en arquitecto. Su larga experiencia en el sector de la construcción despertó su interés por el diseño y la creación.
Tomar la decisión de volver a estudiar ha sido un acto de valentía. Sin un hogar fijo, Don Fernando pasa las noches en el refugio “Mi Hogar”, administrado por la Fundación Senderos, que brinda apoyo a personas sin techo. Aun así, su esfuerzo y perseverancia lo mantienen enfocado en su propósito.
“Me siento feliz porque estoy aprendiendo muchas cosas. Quiero estudiar para demostrarme que puedo hacer cosas grandes. Le doy gracias al MIDES por brindarme esta oportunidad”, expresó con orgullo Fernando Santoya, mientras compartía su entusiasmo por continuar sus estudios.
La maestra voluntaria Nidia Medina, quien imparte clases ad honorem, destacó su compromiso y disciplina. “Estoy muy orgullosa de todo lo que está logrando. Él es un ejemplo de que, con perseverancia y dedicación, se pueden alcanzar las metas”, afirmó la educadora jubilada.
Sin embargo, la historia de Don Fernando no es la única que inspira. Nayelin Barsallo, originaria de la Comarca Guna Yala, también decidió transformar su vida a través de la educación. Actualmente cursa el primer grado y asiste a clases acompañada de sus dos hijos pequeños, demostrando que nunca es tarde para empezar de nuevo.
Nayelin nunca había pisado un aula. Al llegar a la capital en busca de un mejor futuro, comprendió que saber leer y escribir no era un lujo, sino una necesidad para salir adelante. Cuando su hijo ingresó a la escuela, se enfrentó a una dura realidad, no podía ayudarlo con las tareas. Ese momento la motivó a cambiar su historia.
Gracias al apoyo del MIDES, aprendió a leer y escribir, y posteriormente ingresó al programa “Mi Nueva Meta”, donde alcanzó una de sus mayores satisfacciones, poder acompañar a su hijo en su aprendizaje.