Opinión

¿El bolsillo o la salud?

30 de noviembre de 2020

A raíz de la pandemia que actualmente azota al mundo entero, ya sea de forma económica o en rubros de salud, se tomaron diversas medidas para intentar mantener al margen el número de personas contagiadas y minimizar la tasa de mortalidad que a diario cobra territorio y ha cambiado para siempre nuestra forma de vivir.

Una de las medidas adoptadas fue el teletrabajo, con el cual se envió un porcentaje significativo de colaboradores cuyo trabajo podía seguir siendo ejecutado remotamente, o, en otras palabras, se podía realizar a distancia siempre y cuando se contase con el equipo necesario para desempeñar las funciones diarias para la empresa en la cual prestase el individuo, sus servicios.

Sin embargo, la presión de los sectores económicos quienes han influido contra viento y marea para hacer que todos los trabajadores retornen a sus puestos de trabajo, con la premisa de que la productividad se aumentará y se reactivará la economía.

Es una premisa dudosa porque no existen elementos cuantificables que la respalden ya que, si una persona cumple con su trabajo estando en casa o en el sitio que esté, no existe razón que sustente el tener de regreso a toda la fuerza laboral en los predios de las empresas.  

El trabajador cuando acepto un puesto de trabajo lo hizo en condiciones distintas a las que hoy imperan, pero esto no puede ser excusa para negarse al retorno.

Sin embargo, quedan preguntas sin respuestas. ¿Están los puestos de trabajo adecuados para el retorno de los colaboradores? ¿Se puede mantener el distanciamiento social impuesto para frenar la transmisión del virus? ¿Qué ocurrirá si se desata un rebrote incontrolable producto de un retorno masivo de trabajadores?  

 

Gabriel Perea
[email protected]
*Máster en Administración  Industrial. 

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