Estratificación de Riesgo en Salud
Un factor de riesgo es cualquier rasgo, característica o exposición de un individuo que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión.
Estratificar es disponer en estratos o en capas. Cuando unimos estos dos conceptos para crear el de estratificación de riesgo en salud, es diferenciar aquellas personas que poseen mayor o menor riesgo de padecer una enfermedad.
El titulo de este artículo aspira a explicar el hecho de que si estratificamos riesgos en nuestros pacientes podemos ser más costo-efectivos sobre todo en el uso de recursos que son limitados en economías como la nuestra.
En ciertos hermanos países se han convocados las asociaciones de especialistas y las propias autoridades de la salud ,para proceder con el mayor consenso sustentado en la evidencia científica ,clasificar los pacientes para realizar por ejemplo, exámenes de imagen, procedimientos, cirugías etc. Normar es la palabra.
Es decir ofrecer a los de mayor riesgo en tiempo oportuno realizar dichas intervenciones. Por ejemplo es más importante hacer cirugía de cálculos de vesícula en una o un paciente sintomático que otro que no lo es. Hacer un cateterismo cardiaco en paciente de mayor riesgo que otros.
Debemos actualizar normas sobre usos de pruebas de prevención de cáncer como mamografías, Papanicolau, colonoscopía, densitometría ósea etc. para ciertos pacientes que lo ameritan en intervalos sustentados en la evidencia. Pruebas como hemoglobina glicosilada que no deben ser de rutina, salvo ciertas circunstancias..
Hemos observado la compra de máquinas de laboratorio que procesan muchas pruebas en un solo instante, algunas de las cuales no son útiles para un diagnóstico diferencial. Hacemos estas observaciones pues en nuestra práctica pública y privada notamos esas redundantes prácticas.
Se suelen repetir anualmente en de manera innecesaria algunas pruebas que las nuevas guías han reformado.
Se hacen muchas veces estas intervenciones basadas quizás en normas ya superadas, con los consecuentes costos tangibles e intangibles para nuestros pacientes e instituciones.
Estructurar normas consensuadas y hacerlas prácticas, fortalecerán la calidad de atención y seguridad en nuestros pacientes.
Evitemos despilfarros y gastos de bolsillo innecesarios. No hagamos de la práctica de la salud un mero negocio.
La evidencia sustenta que la Tecnología Sanitaria es una herramienta que permite la mejor práctica de una medicina contemporánea.
El aprender, desaprender y reaprender es nuestra obligación como servidores de la salud y la enfermedad.
Eduardo Reyes Vargas
Exministro de Salud de Panamá
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