Opinión

Danzón y cuadrilla

14 de junio de 2021

Las tareas de la formación  del niño y joven en mi natal Bocas del Toro iban desde el deporte, religión, arte, folklore, música y la danza.

En esta última actividad era obligatorio, una vez a la semana, ir en las tardes a aprender bailar Danzón y Cuadrilla, bajo la tutela de un maestro que no hablaba español, sino francés o inglés.

Para los varones  las clases prácticas eran como un castigo. Todos deseábamos estar en la cancha de Futbol, beisbol, baloncesto o Cricket, Y no  girando al compás de un bastón que el instructor golpeaba contra el tablado bajo el ritmo de: one, two ,tre.

Una y otra vez, hasta llegar a acompasar sincrónicamente con la pareja. Incluso se aprendía a bailar el vals que generalmente era para las fiestas de apertura de las quinceañeras, y estas escogían del ese grupo a su acompañante para este evento.  

Los otros bailes como la cuadrilla que provienen del francés “quadrille” es una  danza de salón  francesa del siglo XVIII, que estuvo de moda hasta la Primera Guerra Mundial.

El Danzón era más popular por los rítmicos movimientos y su  cadencia.  Generalmente se realizaba por cuatro bailarines en parejas, en una formación de cuadrado, que giran e intercambian las parejas sin romper  la figura del cuadro, ataviados con ropajes de la época: los hombres con  sombreros y las damas abanicos en mano.

También se aprendía bailar La Mazurca:  danza de salón originado en Polonia. Primero se colocan las parejas, tomados de la mano a la altura del pecho,  como para “valsear”,  tras eso,  las damas avanzan lateralmente hacia la derecha de los hombres, con seis pasos.

A continuación, los hombres giran por su izquierda con cinco pasos alrededor de la mujer para luego tomarla por la cintura, pero manteniendo una postura erguida y solo se mueven los pies al ritmo de “one, two, three”.

Cuando se alcanzaba el ritmo y  el desplazamiento sincronizado se pasaba a ejecutarlo con la música , y si alguien se equivocaba se empezaba de cero. No logro olvidarlo. Se han ido de las estampas bocatoreñas.

 

 

Melquiades Valencia 
[email protected]

* Periodista. 

Contenido Patrocinado
TE PUEDE INTERESAR