La juventud es asediada por el desempleo

La pandemia de Covid-19 ha sido una bomba de hidrogeno en la economía nacional, pero no podemos obviar que muchos problemas relacionados con este ámbito son de vieja data.

Uno de los más críticos, desde mi punto de vista, es el desempleo y en especial entre la juventud, que se prepara e invierte en educación para salir a un escenario local sin oportunidades. 

La situación es mucho más compleja de lo que parece, pues comenzamos a evidenciar la fuga de talentos y un aumento de la delincuencia juvenil, sobre todo en provincias donde pareciera que el Estado no estimula lo suficiente la inversión ni la llegada de empresas.  

En el último año, miles de profesionales panameños han quedado desempleados y sin propuestas a la vista, algo que el gobierno bien pudiera aprovechar para reclutar personal calificado y agilizar desde construcciones, hasta la atención de salud, por mucho menos dinero.  El reenfoque del sistema educativo también se relaciona con esta problemática y es que por años se ha hablado de la personalización del mismo, a fin de explotar las capacidades de cada individuo y que este no quede rezagado en el ecosistema laboral.

Esta crisis de salud, dicho de forma coloquial, ha sido una garnatada para despertar y poner la lupa sobre situaciones que a corto plazo podrían representar el colapso del país y por ende la desmejora de la calidad de vida. Como ciudadanos, nos toca evaluar de forma minuciosa las próximas propuestas políticas, porque sin duda los enfoques de los aspirantes a gobernantes deberán ser el rescate de la atención de inversionistas y la integración de contribuyentes.  * La autora es periodista. 

Elieneth Ortega 
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