Destruir parte de la historia
Lo triste es que quienes llaman a la demolición de la casa Willcox , en la Ciudad de Colón. deberían conocer parte del fundamento histórico que conllevó su mayor auge a la provincia de Colon. No puede darse una acción que conlleve una reacción cuya secuencia proyecte resultados tristes, porque no existe alternativas.
En todo el país hay problemas de violencia, pero no se justifica que tomando decisiones absolutas contemple la eliminación de lo que fue un sitio histórico para la Provincia de Colon. Hay que buscar alternativas, opciones y planificación que contemple al máximo tiempo el apoyo de entidades que colaboren con verdadera ayuda junto con el Ministerio de Cultura, siendo el ente regulador de la cultura panameña.
Quien exprese la demolición de la Casa Willcox, en la provincia de Colón debe enfocarse cuál fue el verdadero aporte de este sitio histórico en el desenlace de nuestra vida republicana. No se debe argumentar que por ser o estar en malas condiciones debe destruirse.
Hay quienes son apáticos en nuestra nación en conocer la esencia histórica de nuestra nación, y es factible observar, durante el periodo después de la invasión cuando se destruyó lo que fue las antiguas instalaciones de la Comandancia o Cuartel de las Fuerzas de Defensas, todo porque era militar, sin embargo, era parte de nuestra historia y eso fue un verdadero crimen histórico porque debió haberse dejado un monumento para que las futuras generaciones conocieran el pasado de nuestra nación.
Ojalá que el espíritu de la cultura de nuestra nación toque el verdadero accionar de nuestros políticos y piensen que destruir o demoler un sitio histórico es como cometer un delito, sea cual fue el nivel o grado. Antes de tomar una acción, hay que pensar en las futuras generaciones, porque está en juego el ideal nacionalista que un pueblo marcó a lo largo de un siglo y medio, destacando su trayectoria en favor de las futuras generaciones.
Demoler estas edificaciones es fácil, pero el error jamás se olvidará de quienes cometan este crimen a la historia sagrada de nuestra nación, Panamá. * Periodista.
Modesto Rangel Miranda
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