Opinión

La batalla de “Lucho” por sobrevivir

31 de agosto de 2021

La lucha diaria que enfrenta Luis Barbanegra, (nombre ficticio) un panameño de a pie con 35 años de edad, de tés trigueña 1.70 de estatura, quien reside en un barrio popular del sector este de la capital, y que vive del día a día. Lo primero que hace al levantarse a las 4 de la madrugada es  la señal de la cruz, se encomienda a Dios pidiéndole que el día sea  productivo, y  le  permita retornar a casa sano y salvo, para volver a abrir los ojos,  ver a su esposa y sus 6 hijos, quienes dependen del sudor de su frente. Luego de bañarse, cepillarse  los dientes, tomarse una tasa de café, y comerse un pedazo de pan, se despide de su esposa con un beso en la mejilla, sale con mochila en mano a ganarse la vida en los semáforos, vendiendo Chucherías, y verduras. Mientras sus hijos duermen profundamente, unos en el piso, y otros en una pequeña cama, en un reducido espacio de un cuarto de alquiler. Emprende su camino hacía la zona  paga del Metro Bus, bajo la oscuridad de la noche, se encuentra con la larga fila, sin importarle cual es la situación climátologica, tiene que realizar trasbordo para llegar a calle 50,  su punto de venta. En el trayecto le pide a Dios que lo ayude para que hoy tenga buena venta mientras el metrobus continúa avanzado, con otros panameños como Luis Barbanegra, quienes se  levantan con la esperanza de que este día sea mejor, que el anterior, y seguir ganándose la vida honradamente, unos con un empleo fijo, otros con el trabajo informal. Luis Barbanegra, laboraba en un pequeña ferretería que cerró operaciones y no le quedo de otra que dedicarse al trabajo informal, pero menos quedarse con los brazos cruzados, ni ver las vueltas del abanico desde su cama. Recibe el vale digital del gobierno, se inscribió en los cursos del INADEH, pero por tener una familia numerosa su propósito es llevar el pan a la casa.  Para él no hay obstáculos, solo sacrificio ese es su norte cada vez que culmina una faena bajo el sol o  lluvia,  en su rostro se marca esa lucha diaria por sobrevivir, a pesar que es un hombre con estudios,  es la triste realidad, la vida no le ha sido fácil.

 

Víctor De La Hoz

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* El autor es periodista.

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