Opinión

Hablemos con la verdad y no mentiras para confundir

08 de agosto de 2022

En las últimas semanas se han dado una gran cantidad de debates sobre el tema de política económica y si las regulaciones serán la solución en que podamos poner nuestras esperanzas para obtener productos a mejor precio y de mejor calidad. 
A mi criterio eso no es posible porque está comprobado que las regulaciones lo que hacen es disminuir la oferta en vista que el proveedor no tiene incentivo para traer o vender un producto.

Esto se traduce al final del camino en escasez de productos para los consumidores, creando un desabastecimiento en el mercado. Recuerden que el producto más caro es el que no existe. No puedo dejar pasar la continua mentira de algunos de los defensores de las regulaciones en donde hacen ver que los monopolios y oligopolios son ilegales.

No hay nada más alejado de la realidad, cualquier empresa puede adquirir una posición monopólica habiendo vencido a sus competidores en el mercado o El Estado podría dar un monopolio legal para alguna actividad. De la misma manera los oligopolios también se pueden darse por distintas razones, incluyendo las dos anteriores mencionadas para los monopolios.

Lo ilegal son las prácticas monopolísticas, cuando las empresas se ponen de acuerdo para fijar precios, repartirse el mercado, ponerse de acuerdo en licitaciones públicas, e intercambiar información de cualquier tipo entre ellas. La ACODECO es quien vela por atacar esas prácticas y hay cualquier cantidad de ejemplos de investigaciones que se han hecho para combatir esas acciones.

Incluso se han dado transacciones en donde se impone un aporte económico a la empresas investigadas o demandadas sin aceptar responsabilidad, pero entre las condiciones que se negocian están las auditorías, que permiten a La Autoridad poder entrar en esas empresas, a veces hasta por 4 años, para verificar que no existan prácticas contrarias a la libre competencia.

Esto garantiza que esas empresas no se les va a ocurrir mientras puedan ser auditadas hacer algo contrario a la ley. Decir que no existen instrumentos para defender estos abusos es falso y es desconocer la labor que se ha hecho en esta Autoridad. Del mismo modo vi y escuche en el Programa Radar de este domingo a la economista, Maribel Gordóan, decir que la obligación de informarse del consumidor es como mandarlo de Chiriquí a Darién sin tomar en cuenta el flete.

Este comentario del todo malintencionado y no veraz son los que en nada ayudan a resolver los problemas de la ciudadanía. Es conocido por toda la ciudadanía que las listas de información para ayudar a los consumidores con los precios de alimentos salían en ciudad de Panamá y otras provincias por corregimientos; o sea que en cada corregimiento se le daba la información al consumidor de cual supermercado o mini super tenía la canasta de alimentos más barata.

La información era precisa y de gran utilidad porque se la daban al consumidor para comparar cerca de su casa en los diferentes agentes económicos, y la información de los demás corregimientos servía para los que tenían trabajo fuera de su área pudieran tener información para compras en otros corregimientos distintos al suyo, que quedaran en su ruta, sin que le cueste desviarse.

Fuera de ser un instrumento de ayuda promovía la competencia, que genera mejores precios y mejores productos. El libre mercado garantiza mejores precios y más calidad. Hay que aperturarlo. Vender estos ejemplos falaces para confundir en nada ayuda el debate y no se si la idea es tratar de imponer su criterio de pensamiento. Ahora bien, no perdamos el tiempo esperemos las próximas semanas o meses y veremos si la regulación resultó y si todos los habitantes podrán tener esos productos que se han regulado.     
* Abogado y exadministrador de ACODECO. 

Pedro M. Meilán 
pedro.meilan@meilanya
 

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