Tener la razón o ser feliz

“Entre tener razón y ser feliz, elijamos ser felices”. ¿Eres de ese tipo de personas que necesitan tener la razón siempre a cualquier costa?

A esta altura de mi vida no me interesa tener la razón, aunque el tiempo generalmente me la dé, ya no me enojo ni discuto por persuadir, simplemente ya no caigo en el juego de un ganador o un perdedor.

Discutir apelando a tener la razón es un reflejo de una baja autoestima. En el ambiente laboral, encontramos jefes con esa postura, de querer tener siempre la razón, creando una atmósfera tensa, de deslealtad, falta de cooperación e ineficiencia.

Aprendí qué en el medio de una discusión inerte, es no darle importancia al resultado del mismo. Una actitud prepotente interfiere en una buena comunicación, busquemos que ambas partes se sientan seguras en expresar sus puntos de vista.

Hoy me permito escuchar y sostener la opinión ajena, aunque difiera con la mía, sin lastimar a los demás. Según Epícteto, 55-135 D.C., filósofo griego: “Tenemos dos oídos y una boca para que podamos escuchar lo doble de lo que hablamos”.

La felicidad está hecha para ser compartida, no desperdiciemos el tiempo. “Aquellos que quieren cantar siempre encontrarán una canción”.

Ernesto Maytín

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* Docente.