Cebolla que hace llorar

Desde unas semanas el debate público se ha centrado en el tema de la seguridad agroalimentaria, anunciada por la nueva administración del Estado como uno de sus ejes importantes de su gestión y el primer rubro es la producción, importación , comercialización ,distribución y consumo de la cebolla en el país.
El Allium cepa, comúnmente conocida como cebolla, es una planta perteneciente a la familia de las amarilidáceas. Tienen otros nombres como: ajo porro, cebolla ajera, cebolla común, cebolla de Alcalá la Real, cebolla de Chinchón, Cebolla Paiteña, cebolla de Granada, cebolla de Madrid, cebolla matancera, cebolla murciana, entre otras . En Panamá no somos autosuficientes en este rubro agrícola, por lo que año tras año está la disputa entre los productores y los importadores del bulbo, infaltable en la mesa y dieta del panameño y culpan a organismos estatales de favorecer a los importadores perjudicándoles.
El promedio de consumo mensual de cebolla es de 51 mil quintales, mientras que la producción promedio nacional anual es de 300 mil quintales. El año pasado se importó un total de 345 mil 55 quintales de cebolla. La siembra de hectáreas sigue bajando en el distrito de Tierras Altas, en la provincia de Chiriquí, donde actualmente se plantan 400 hectáreas, cuando hace unos años se cosechaban unas mil 200 hectáreas, en el 2006 se cosecharon 678 mil 41, en el 2011 fueron 492 mil 400 y el año pasado 291 mil 218.
Mientras que la cantidad de productores ha pasado de 399 en el 2006 a 270 en el 2018, es decir; 129 menos. Los productores encuentran dificultad para encontrar financiamiento por los bancos, ya que muchos califican de alto riesgo la siembra de cebolla, afectando aún más la producción nacional. El gobierno nacional del recién estrenado de Laurentino Cortizo, se avoca a realizar un inventario de la existencia del bulbo y que se pongan de acuerdo los productores e importadores para establecer las reglas en la que se pueda traer , sin perjudicar al productor y muchos menos al consumidor que no perdona la falta de la cebolla en su mesa.
* El autor es periodista.
Melquiades Valencia
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