EDITORIAL : Construir, no destruir

Los líderes del sindicato de los obreros de la construcción deben reconocer que la violenta reacción del miércoles, en la protesta que lideraron en la avenida Balboa, no fue la correcta.
Utilizar bloques, enormes tornillos, tubos de metal y varillas de hierro para atacar, desde varios pisos del edificio del hospital del niño, no era un acto de defensa.
Se convirtió en un hecho criminal porque tenía como propósito herir, lastimar e inclusive colocar al borde de la muerte a los agentes antidisturbios de la Policía Nacional.
No hay un solo argumento que se pueda utilizar para justificar la violencia destructiva de panameños contra otros panameños que cumplen con lo que ordena la Constitución y la ley.
La protesta es un derecho constitucional sagrado, la violencia es un acto delincuencial. Los dirigentes deben reflexionar.