Editorial

EDITORIAL : Sentido común

06 de febrero de 2025

La Comisión de Relaciones Exteriores de la Asamblea Nacional tiene todas las prerrogativas para interrogar a los embajadores designados de Panamá, cuando son citados para presentar su plan de trabajo como representantes del servicio exterior del país.

Sin embargo, en ese propósito, parece que algunos de sus integrantes se olvidaron que la instancia legislativa no es un tribunal y mucho menos un escenario para preguntar absurdos o deliberadamente tratar de ridiculizar a los profesionales nombrados para estos cargos.

Si bien es cierto, los entrevistados tienen que guardar la compostura y respetar la solemnidad de este ejercicio, que se realiza cada vez que se nombra un embajador panameño en el exterior, no se puede convertir el acto legislativo en un teatro de dimes y diretes, ataques directos o zancadillas.

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