IA y Brecha Digital en Panamá

Panamá enfrenta una coyuntura decisiva, la expansión tecnológica y la persistente brecha digital se encuentran en un delicado equilibrio. La inteligencia artificial (IA) emerge como un motor de desarrollo sin precedentes, pero también como un posible catalizador de desigualdades si no se gestiona adecuadamente. La clave para Panamá radica en trazar una ruta que maximice los beneficios de la IA, al tiempo que mitiga sus riesgos de exclusión.
A pesar de los avances en infraestructura tecnológica, la brecha digital en Panamá sigue siendo un desafío significativo. La conectividad limitada en zonas rurales, la escasez de dispositivos adecuados y la insuficiente alfabetización digital obstaculizan la plena integración de tecnologías emergentes como la IA. Este panorama amenaza con relegar a un sector considerable de la población al margen del progreso, profundizando las desigualdades ya existentes. La IA tiene el potencial de transformar sectores cruciales como la salud, la educación, la agricultura, el turismo y la industria. Sin embargo, su impacto positivo depende de una población conectada y capacitada. Sin cerrar la brecha digital, la IA podría concentrar sus beneficios en unos pocos, exacerbando la exclusión y relegando a quienes ya están marginados. Para Panamá, la expansión de la infraestructura tecnológica es esencial. Invertir en conectividad rural y establecer zonas wifi públicas democratizará el acceso a internet, facilitando el uso de nuevas tecnologías. Paralelamente, la alfabetización digital debe ser prioritaria. Programas educativos que abarcan desde la primaria hasta la educación superior, junto con iniciativas de capacitación para adultos, son vitales para preparar a la población para los desafíos de la era digital.
El acceso a dispositivos también requiere atención. Programas de subsidios y el fomento del reciclaje de equipos electrónicos pueden aumentar la disponibilidad de tecnología asequible. Asimismo, el desarrollo de aplicaciones de IA con un enfoque social, especialmente en salud, educación y agricultura, puede generar beneficios tangibles para las comunidades más vulnerables.
Finalmente, una gobernanza clara y ética de la IA es crucial. Establecer un marco regulatorio que garantice la privacidad y la seguridad de los datos, junto con la promoción de una IA inclusiva, es esencial para construir una sociedad más equitativa.
* Consultor en Transformación Digital.