Opinión

La criminalidad femenina no tiene estratos sociales

28 de abril de 2023

En nuestro país se han hecho estudios en el área criminológica sobre la participación de las mujeres delincuentes, como se han visto en las últimas décadas, la tasa de delincuencial femenina ha tenido una progresión mayor en comparación con la tasa masculina en varios países a nivel mundial, incluyendo nuestro país, destacándose con relevancia su accionar en la delincuencia organizada. De acuerdo con la opinión social la delincuencia femenina tradicionalmente, con un marcado perfil criminal, consistía en que la mujer era usada como “mula” para el tráfico de drogas, además participaba en delitos de micro tráfico en barrios marginales, e igualmente por su activación en delito de tráfico y posesión de drogas, y por otras conductas delincuenciales, tales como delitos comunes que incluyen robo, hurto y asesinatos.

Por otro lado, hemos vistos en los medios de comunicación, mujeres involucradas en nuevas actividades delictivas como son secuestro, extorsión y delitos contra la salud, además, involucradas en el delito de proxenetismo y corrupción de menores o cómplice primario en otros tipos como homicidios o robo. Sin embargo, estamos observando una evolución en la conducta delictiva de las mujeres consistente en delitos financieros como lavado de activos por medió de la modalidad del testaferro Otro factor que favorece la criminalidad femenina es el área geográfica donde viven, toda vez, que, en esas zonas operan bandas delictivas y la droga presume una oportunidad para conseguir dinero, de esta manera, lucrar de los beneficios de la estructura criminal convirtiéndose como algo “normal” Detrás de cada muchacho pandillero existe una mujer.Sin embargo, hay mujeres delincuentes de estrato social pudiente que se han visto envueltas, aunque sean pocas han tenido que rendir cuenta ante la sociedad. Asimismo, hay hechos sensitivos que hace a las mujeres incurrir en actos como; abandono de estudios, el embarazo adolescente, la violencia de género y las uniones precoces, la necesidad económica por conseguir dinero rápido, se ven involucradas creyendo que tendrán una vida mejor, todo lo contrario, porque muchas quedan privadas de libertad.

De acuerdo a las estadísticas del Ministerio de Gobierno y Justicia, señalan que 1,090 mujeres permanecen privadas de libertad desde el 2015. En el 2016, la cifra aumentó en 70 casos, para alcanzar las 1,1164 detenidas. En octubre de 2017, hay 917 mujeres en las cárceles féminas.

De acuerdo a la Estadística Mensual del Sistema de Información Penitenciaria y Departamento de Seguridad Penitenciaria en el mes de agosto del 2022, existen un total de 835 mujeres condenadas y 271 procesadas a comparación de hombres que es de 12,852 condenados y 7,155 procesados.

El 70% de las reclusas tienen menos de 40 años, el 81% son madres, de las cuales el 65% son jefas de familia. El 70% de las mujeres se encuentran detenidas por delitos menores a la ley de drogas, más del 60% se encuentran en prisión preventiva y el 18% son mujeres extranjeras.

En conclusión, la mujer delincuente, por lo general, se trata de una persona común a quien las circunstancias exteriores o propias la estimularon para llevar a cabo conductas al margen de la ley, muchas veces siendo la impotencia y la frustración por no satisfacer las necesidades básicas lo que la orillan a cometer actos irracionales y desesperados, por ende, se requiere medidas efectivas de prevención de la delincuencia, y esta debe estar basada en la educación social, que empezamos a recibir en los centros escolares desde bien pequeños.

Por lo tanto, lo ideal es que el tema de una política criminológica, atienda oportunamente previniendo a la mujer a cometer actos delincuenciales, o sea víctima de algún acto ilícito o se involucre en la comisión de actos delictivos, es decir, que en algún momento cometerá el delito con el propósito de mejorar su calidad de vida, sin ser esto justificación alguna.

* Abogado, docente y mediador.

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