La revolución silenciosa que moldea nuestro futuro

La Física Cuántica (FC) ya no es solo un concepto académico: es el motor oculto de nuestra vida moderna, así como lo lees. Cada computadora, teléfono, televisor y electrodoméstico debe su existencia al descubrimiento de los transistores, fruto directo de la comprensión cuántica. Las tecnologías como los láseres, esenciales e imprescindible en medicina, industria y defensa, no serían posibles sin la FC.
Los relojes atómicos, hijos de la FC, son la base del GPS y de la sincronización de bancos y mercados financieros globales. Sensores cuánticos de ultra precisión y nuevos materiales son ahora un abanico de innovaciones impensables hace apenas unas décadas pasadas.
La Inteligencia Artificial, con sus redes neuronales y las supercomputadoras, también se apoya en la Física Cuántica: sin microprocesadores no existirían modelos como ChatGPT o DeepSeek.
Lo que hoy vemos como milagro tecnológico es, en realidad, el eco de investigaciones iniciadas hace solo un siglo.
Es urgente reconocerlo y admitir: sin FC, nuestra civilización actual sería inimaginable.
La ciencia cuántica ha sido y seguirá siendo el catalizador de las próximas revoluciones.
Si logramos sobrevivir a nuestras propias amenazas, el futuro promete una humanidad tecnológicamente sublime, capaz de alcanzar logros hoy reservados a la ciencia ficción.
¿Estaremos a la altura de ese destino?
* Consultora tecnológica.