Opinión

La seguridad convertida en burla

04 de septiembre de 2025

Cada día los ciudadanos vivimos con mayor temor ante la ola de inseguridad que azota al país. Lo más alarmante no es solo el aumento de casos de violencia y delincuencia, sino la manera en que las autoridades responden.

Cada vez que una persona se entrega a la justicia, la historia parece repetirse: acuerdos de pena, reducciones de condena, trabajo comunitario o el simple pago de una multa.

¿En qué momento la justicia dejó de ser un ejemplo para convertirse en un mal chiste? Es difícil creer que un país pueda aspirar a mejorar cuando la percepción general es que “el que paga, sale libre”. La gente siente que el sistema está diseñado para beneficiar a los culpables en lugar de proteger a las víctimas. Esa dinámica erosiona la confianza en las instituciones y normaliza la impunidad.

Además, sea cual sea el caso, ninguno debería considerarse menos ni más importante que otro. Todos deben ser tratados con un fin competente, porque cada delito afecta la vida, la seguridad y la confianza de la ciudadanía.

Los ciudadanos necesitamos leyes que se cumplan, castigos proporcionales y un sistema que realmente defienda la vida y la tranquilidad de todos. De lo contrario, la burla no solo es hacia la justicia, sino hacia un pueblo entero que ya no sabe a quién acudir. * Periodista.

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