Opinión

La tranquilidad no tiene precio

09 de febrero de 2023

Muchas personas andan sofocadas, en modo ‘apurado’ y que el tiempo apremia y ‘no hay para perderlo’, pero esto no significa que debemos andar por las calles pretendiendo que todo el mundo ande con la misma premura. He notado que muchas personas salen día a día amargados y con una facilidad para irritarse sin sentido y sin provocación alguna, y eso emocionalmente no es bueno.

Yo siempre digo que la tranquilidad no tiene precio y cada quien es dueño de que esa tranquilidad o paz perdure y que por más complicada que sea la situación, por la que pasamos, no dejemos de buscar la parte positiva de todo. Las consecuencias de andar amargado o irritado son inseguridad, ansiedad, depresión, temor, insomnio y hasta en ocasiones despierta pensamientos de atentar contra nuestra integridad, es decir simplemente no es saludable. Un ejemplo de esta situación lo viví cuando estaba en un hospital, y me dirigía al auto, después de recibir medicamentos para el dolor y malestar, pero al momento de abrir la puerta de mi auto para entrar, el señor del auto que venía detrás mío me grito “oiga entre rápido y cierre esa puerta antes de que me la lleve”, yo con cara de sorprendida le dije señor tranquilícese que “Dios lo ama”, y al parecer esas palabras fueron el detonante para un repertorio de insultos que nunca me espere, con esto me queda claro que las personas simplemente no tienen empatía y que viven solo pensando que lo que le pasa a ellos es una tragedia y que todo el mundo tienen la culpa .... La amargura creo que tiene que ver con aquella incomodidad que las personas tienen a lo interno frustraciones, resentimientos, ira, dolor, fastidio y sin sumarle alguna herida amorosa, la combinación de todo esto es un detonante peligroso. Muchos creen que buscar ayuda sobre la salud mental tiene que ver con la locura, pero no es así, el bienestar emocional es la clave de una vida plena en paz y tranquilidad, es más sería la mejor manera de poder enfrentar circunstancia de la vida y de tomar mejores decisiones. Hacer ejercicio, o buscar ayuda espiritual (cual quiera que sea su creencia religioso) puede ser otro escape a esta vida envuelta de amargura y malas vibras. Sean felices y traten de que su tranquilidad y paz no sea robada por nadie y si es posible traten de contagiarla a quienes puedan.

* La autora es periodista.

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