Un sistema educativo que es rehén de la mala gestión

La educación panameña sigue siendo rehén de un sistema público que no avanza. Cada año inicia con promesas y termina con excusas. Estudiantes enfrentan escuelas sin techos, sin baños y en el peor de los casos, ni siquiera tienen una escuela.
En la actualidad hay planteles cerrados por plagas de ratones y por la inseguridad del área. Aun así, muchos culpan a las huelgas docentes del atraso educativo, sin ver la raíz del problema: una pésima gestión de fondos.
Dinero hay, lo que falta es eficiencia para administrarlo bien.
En las últimas décadas, las huelgas han tenido poca influencia en el rezago general.
Han logrado salarios más competitivos para los docentes, lo cual es justo ante el costo de vida. También han exigido más inversión educativa.
La verdad es que los docentes son el último eslabón antes del estudiante. El problema es más profundo: estructural, institucional y político. Es el sistema completo el que necesita una reforma urgente.
No podemos seguir usando a los maestros organizados como chivo expiatorio de un fracaso que nace desde las altas esferas. * Periodista.