No cabe duda, el talento panameño es de talla mundial. Cada vez que un nacional gana algún evento deportivo nos llenamos de orgullo, pero creo que también nos debería poner a reflexionar. ¿Qué pasaría su más jugadores militaran en el extranjero, siendo figuras? ¿Qué tal si formáramos atletas élites en el país con infraestructura de alto nivel sin tener que envidiar a nadie? Me parece que ese es el objetivo, que no solo exportemos, sino que tengamos ligas y un sistema deportivo atractivo y competitivo, que atraiga tanto a los locales como a extranjeros.