Alertas cerebrales
La isquemia cerebral es considerada el accidente cerebrovascular más común

El accidente cerebrovascular, también llamado derrame cerebral o ictus, es una de las principales emergencias médicas que puede dejar secuelas permanentes o causar la muerte.
El médico Abelardo Ruiz, del Hospital Irma De Lourdes Tzanetatos, explicó que los accidentes cerebrovasculares se dan “cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe, ya sea por la obstrucción de una arteria ‘isquemia cerebral’ o por la ruptura de un vaso sanguíneo hemorragia”.
En Panamá, se estima que cada año fallecen alrededor de 1,800 personas por esta enfermedad, lo que la convierte en una de las primeras causas de muerte en el país, de acuerdo con las últimas cifras registradas por la Caja de Seguro Social.
El doctor Ruiz detalló que las causas más frecuentes están relacionadas con factores de riesgo como la hipertensión arterial, niveles altos de colesterol, diabetes, tabaquismo, sedentarismo, consumo excesivo de alcohol y una alimentación poco saludable. “El estrés y la obesidad también elevan la probabilidad de sufrir un episodio”, resaltó.
Además, el médico contó que dentro de los principales síntomas que deben ser de alerta para las personas están: entumecimiento o debilidad en la cara, brazos o piernas especialmente en un solo lado del cuerpo, dificultad para hablar o comprender, pérdida súbita de visión, mareos, pérdida del equilibrio y dolor de cabeza intenso sin causa aparente.
”La detección temprana y la atención inmediata son vitales: cada minuto cuenta, y actuar rápido puede marcar la diferencia entre la vida y la discapacidad permanente”, Ruiz.
Elegir comidas y refrigerios que sean saludables como el consumo de frutas y verduras frescas.
Mantener un peso saludable, estable y apropiado a la estatura de la persona.
Realizar actividad física regular para bajar el colesterol y la presión arterial.
Evitar el consumo excesivo de alcohol, no más de dos veces al día ya que puede aumentar la presión arterial.
Terapia física y ocupacional para poder recuperar la independencia en todas las actividades diarias.
El uso de medicamentos para bajar la presión arterial y reducir el riesgo de sangrado.
Cirugía para drenar la sangre, reparar aneurismas o corregir anomalías en vasos sanguíneos.
Terapia para la depresión, cambios en el estilo de vida y medicamentos para la hipertensión.