La Playa Gavilla: un gran refugio natural en Chiriquí
La región chiricana va ganando terreno con un nuevo destino: Playa Gavilla, siendo un paraíso para las personas que prefieren un lugar auténtico, familiar, tranquilo y escondido; con opciones de actividades como kayak y paseo en bote
En el distrito de San Lorenzo, a unos minutos de Boca Chica, se esconde Playa Gavilla, un rincón poco explorado de la provincia de Chiriquí que cada vez conquista más a quienes buscan desconexión, belleza natural y tranquilidad frente al mar.
De acceso sencillo por tierra, esta playa de casi un kilómetro se despliega como una gran piscina natural con: aguas mansas, fondo arenoso, y una costa protegida por la vegetación. Su atmósfera invita al descanso, pero también a la aventura, especialmente para quienes disfrutan acampar, hacer kayak o simplemente compartir un día de playa con muy pocos alrededor.
Rogelio Barría, quien es fundador de la agencia de viajes en Panamá @trip.pty, detalló que uno de los aspectos que más sorprende a los visitantes es su riqueza ecológica. “En sus alrededores es común ver aves costeras, ardillas y hasta monos aulladores que bajan curiosos entre los árboles, dando pequeños espectáculos en los que la naturaleza toma el protagonismo”, expresó.
La zona cuenta con algunos servicios básicos: baños, duchas, agua potable, ranchos para alquilar, un pequeño restaurante que ofrece mariscos frescos, y espacios habilitados para camping. Es una playa sencilla, sin lujos, pero con lo necesario para pasar un día o fin de semana en contacto real con la naturaleza.
Playa Gavilla es una de las opciones turísticas escondidas que ofrece la región chiricana, ideal para ir en familia, en pareja o incluso solo. Destacándose por ser uno de los lugares donde el tiempo parece detenerse y donde el canto de los pájaros o el salto de un mono pueden ser el único sonido de fondo que se encuentre en ese lugar.
ml | Gavilla no es solo una playa para descansar, los visitantes también pueden alquilar kayaks, observar a los monos aulladores durante el recorrido, tomar un bote para explorar los manglares o visitar otras playas e islas del parque marino que rodea la zona. Todo esto en un entorno que mantiene el encanto de lo natural. Además, tienen locales que se dedican a vender comida del mar.
