Las Tablas se prepara para el Desfile de las Mil Polleras con homenaje a panameños destacados
El próximo 11 de enero, la ciudad de Las Tablas será escenario del Desfile de las Mil Polleras, en donde también se honrará a panameños que han dedicado su vida a preservar y promover nuestras tradiciones.
En esta edición, cuatro figuras destacadas de la cultura panameña recibirán un merecido homenaje por su legado invaluable:
Belén Combe: La maestra de la pollera
Nacida en Las Tablas el 14 de mayo de 1938, la señora Belén Combe ha dedicado más de 60 años a la confección de polleras, un arte que aprendió de su madre desde muy joven. Su labor como educadora en comunidades de difícil acceso en Macaracas se complementó con la enseñanza de técnicas artesanales a las mujeres de la región. Casada con Olmedo Sánchez y madre de tres hijos, Belén es un ícono en la preservación de esta tradición panameña.
Ulpiano Vergara: El maestro del acordeón
Conocido como “El Mechi Blanco”, Ulpiano Vergara nació el 7 de julio de 1948 en San José de Las Tablas. Desde los 6 años demostró su talento musical con el acordeón y, en 1970, lanzó su primer disco, iniciando una prolífica carrera con más de 1,000 canciones en su repertorio. Además de su contribución musical, es conocido por su humildad, su amor por la ganadería y su legado como esposo, padre y abuelo.
Evelio “Bellín” Ramírez: El guardián del violín folclórico
A sus 94 años, Evelio Ramírez, conocido cariñosamente como “Papá Bellín”, ha dedicado su vida a la música típica panameña, especialmente al violín. Originario de Purío, Pedasí, aprendió a tocar este instrumento a los 12 años bajo la guía de su padre. Su trayectoria incluye la creación de piezas emblemáticas y la ejecución de más de 200 composiciones, consolidándose como una figura clave del folclore nacional.
José “Chichi” Barrios: El compositor de la tradición
José de la Cruz Barrios Hernández, “Chichi Barrios”, nació en Nuario de Las Tablas y se convirtió en un referente de la música típica panameña. Desde que recibió su primer acordeón a los 15 años, su talento lo llevó a componer clásicos que hoy forman parte del repertorio folclórico nacional. Su legado trasciende la música, dejando una huella como padre, abuelo y amigo entrañable.