Delirio y analgésicos: la conquista de Hong Kong por mar en menos de 21 horas
Tras 20 horas y 56 minutos de nado ininterrumpido Simon Holliday sube con dificultades, víctima de los calambres, a un muelle Hong Kong, donde acaba de lograr un récord mundial.
El nadador británico, especialista de las grandes distancias, se acaba de convertir en la primera persona en dar la vuelta a nado la isla más grande de Hong Kong, Lantau, una distancia de más de 65 kilómetros.
Poco después de la llegada del británico de 46 años es el turno de la estadounidense Edie Hu, que sonríe mientras da sus primeros pasos en tierra firme después de su propia odisea de 21 horas y 28 minutos.
"Estaba empezando a enloquecer ¡Vi a Yoda en las montañas!, explicó con humor esta mujer de 50 años a la AFP.
La pareja comenzó su aventura a las 14H00 locales del jueves, el día anterior, con un tercer nadador en el grupo, Brett Kruse.
Estuvieron acompañados por tres kayaks, una lancha neumática y un yate, al que subió la AFP para documentar la aventura.
- Sin trajes de neopreno -
Cada 45 minutos, el trío recibía un paquete de comida de los kayakistas que contenía desde geles deportivos hasta plátanos y analgésicos.
Dos observadores estaban también en el grupo de acompañantes para llevar un registro de toda la travesía para que la marca fuera homologada por la Federación de Nadadores de Maratón.
Los nadadores no vestían trajes de neopreno, puesto que las reglas del nado de maratón no lo permiten en aguas por encima de los 20 grados, pero el frío iba a ser uno de los mayores desafíos.
Hacia las 22H00, cuando el trío acababa de superar un tramo difícil por el estrecho junto al aeropuerto internacional de Hong Kong, Kruse comenzó a gritar de dolor por calambres en su cadera y fue rápidamente subido al bote de seguridad, teniendo que renunciar a la aventura.
"Ciertamente, estaba siendo una especie de lastre para los otros dos y los estaba ralentizando", admitió horas después a la AFP, añadiendo que vomitó dos veces en el mar.
- El plan inicial se desmorona -
Sin el estadounidense, la moral de la expedición recibió un golpe: el meticuloso plan fijado contemplaba que todos los nadadores permanecerían juntos.
Pero este plan se estaba desmoronando. Pese al frío, Holliday se iba distanciando cada vez más de Hu.
Unos de los responsables de la expedición, el antiguo oficial del ejército Cameron Ferguson, avisó que los nadadores necesitaban superar el paso por Fan Lau antes de las 02H00 o serían derrotados por las mareas.
Ocho horas más tarde, superado ese crítico momento, las cosas estaban mejorando: el sol brillaba y la corriente era favorable.
Maggie, la esposa de Holliday, se unió al bote de seguridad para presenciar el último tramo antes de volver al muelle para recibir a su esposo con un cálido abrazo.
"Me siento muy bien fuera del agua; ese último tramo fue realmente difícil", explicó a la AFP mientras pensaba ya en la comida con al que iba a reponer fuerzas: "Una tostada de frijoles con queso".