El “Alacrán” Pedroza, el eterno campeón del boxeo panameño
La historia de Eusebio Pedroza sigue siendo de gran inspiración para jóvenes deportistas panameños, en especial de los boxeadores, que buscan transitar por sus pasos, y conseguir algo de su fortaleza para alcanzar la deseada gloria




En el firmamento del boxeo mundial, Panamá ha brillado con figuras inolvidables. Entre ellas, el nombre de Eusebio Pedroza ocupa un sitial de honor. Apodado “El Alacrán”, fue uno de los más grandes campeones que ha dado el país.
Nacido el 2 de marzo de 1956 en Panamá, Pedroza creció en un ambiente sencillo. Desde muy joven mostró inclinación por el deporte, pero fue en el boxeo donde encontró su verdadera vocación.
Con apenas 17 años debutó en el boxeo profesional en 1973, demostrando desde el principio su estilo técnico, elegante y resistente.
El Alacrán fue forjando su carrera tras acumular experiencia en el cuadrilátero, llegó su gran oportunidad en 1978, cuando disputó el campeonato mundial pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). En abril de ese año, derrotó al español Arturo Pineda, conquistando el cinturón que lo convertiría en uno de los máximos exponentes del boxeo panameño.
Defendió su título 19 veces consecutivas entre 1978 y 1985, un récord que aún es recordado en la división pluma. Viajó por diferentes rincones del mundo, desde Inglaterra hasta Japón, llevando consigo el orgullo de Panamá.
Entre sus combates más recordados destacan la defensa frente al estadounidense Rocky Lockridge y la victoria sobre el japonés Jiro Watanabe, entre otras memorables batallas.
En 1985, Pedroza perdió la corona mundial ante el británico Barry McGuigan en Belfast, un combate histórico que marcó el cierre de su reinado. Aunque continuó peleando algunos años más, decidió retirarse del boxeo profesional en 1992