La lucha libre profesional pelea para no morir
La falta de patrocinio y los altos costos de alquiler de los coliseos para los espectáculos son aspectos que contribuyen a que esta actividad decaiga.
Edwin Raúl Pérez
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La época dorada de la lucha libre profesional en los años 70’, 80’ y 90’, cuando se desarrollaban eventos de ribete internacional en el país, pasó del esplendor a la decadencia actual.
En aquellos días de gloria se enfrentaban los técnicos contra los rudos, provenientes de México, Colombia, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, Estados Unidos, El Salvador y hasta Japón.
Los memorables combates tenían como escenario el José ‘El Neco’ de la Guardia y el Gimnasio Nuevo Panamá, hoy el Roberto Durán.
El ocaso de la popular actividad, según el luchador ‘El Ídolo’, se debe “a que los precios que ofrecen los coliseos se han encarecido para el alquiler, lo que bajó la intensidad de promover la lucha. Esto aunado a la falta de interés de las empresas para patrocinar los espectáculos”.
Juntas comunales como la de Betania, cobran $1,000 por evento, precio que, afirman los luchadores, es impagable porque ellos cobran entradas módicas para que el público disfrute.
La lucha libre es representada por cuatro empresas (Super Lucha, LXN, Espectáculos Cabrera y Pro Wrestling Titans) en las cuales compiten alrededor de 70 gladiadores.
Para José Villareal, exluchador libre, “se ha perdido la mística del combate, el llaveo y la lucha aérea que gustaba a los fanáticos panameños”.