Arkansas se dispone a llevar a cabo una doble condena a muerte
Washington (AFP) - Arkansas se prepara este lunes para ejecutar a dos condenados a muerte, un hecho inédito en Estados Unidos en 17 años, que se enmarca en un controvertido calendario acelerado de ejecuciones en este estado del sur del país.
Si ningún juez lo aplaza en el último minuto, Jack Jones y Marcel Williams serán el segundo y tercero en someterse a la pena capital en abril en Arkansas, un estado que había previsto ejecutar a ocho personas en 11 días.
El gobernador de Arkansas, el republicano Asa Hutchinson, había justificado esta acelerada cronología por la cercanía de la fecha de caducidad de una de las sustancias utilizadas en las inyecciones letales.
Pero su programa de ejecuciones fue objeto de múltiples recursos judiciales y de una movilización internacional de los opositores a la pena de muerte.
La batalla ante los tribunales se saldó por el momento con la suspensión de cuatro de las ejecuciones previstas. El jueves se llevó a cabo una de ellas y, además de las de este lunes, hay una última prevista el 27 de abril.
Hasta último momento llegan apelaciones judiciales y para Jones y Williams este macabro suspenso podría durar hasta la noche del lunes.
Los dos hombres, de 46 y 52 años, fueron condenados en la década de 1990 por violación y posterior asesinato.
Jack Jones violó y mató a Mary Phillips y golpeó casi hasta la muerte a una hija de la mujer de 34 años.
Por su parte, Marcel Williams violó y estranguló a otra madre, Stacy Errickson, quien tenía 22 años.
La última vez que un estado estadounidense ejecutó a dos condenados fue el 9 de agosto de 2000, en Texas.
Los defensores de los condenados dicen que una doble ejecución causaría un peligroso estrés para los agentes penitenciarios encargados. Hasta el jueves pasado, Arkansas no había llevado a cabo ninguna ejecución desde 2005.
Las inyecciones letales están compuestas por tres productos, que se administran uno después del otro. El que caduca el 30 de abril es el midazolam, un ansiolítico del que se dice que no sume suficientemente en la inconsciencia al condenado, lo que puede provocarle grandes dolores.
Los abogados de Jones y Williams afirman que las condiciones de salud de sus clientes les hacen correr un mayor riesgo.
Jones sufre diabetes, presión alta, neuropatía y tiene una pierna amputada. Su tratamiento médico podría, según su entorno, reducir la eficacia del midazolam y someterlo a un sufrimiento intolerable.
Williams pesa unos 200 kg, lo que dificulta mucho la introducción del catéter intravenoso de la inyección mortal, de acuerdo con sus defensores.