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El capitán del Costa Concordia, dispuesto a ir a la cárcel

01 de agosto de 2019

Roma (AFP) - El Tribunal Supremo italiano se pronunciará este viernes en Roma sobre el caso de Francesco Schettino, el capitán del crucero Costa Concordia, que anunció que se entregará a la justicia si se confirma su condena por el naufragio de 2012 en el que murieron 32 personas.

'Se entregará inmediatamente', adelantó a la prensa su abogado Saverio Senese.

El apodado por la prensa 'capitán cobarde', de 56 años, no asiste a la audiencia y espera el veredicto definitivo desde un lugar que no fue revelado.

Según su abogado, en caso de que se confirme la sentencia de condena, se dirigirá personalmente a una cárcel, probablemente una que no se encuentre en Campaña, la región del sur de la península de donde proviene.

La corte de apelación confirmó en mayo de 2016 su condena a 16 años de prisión, al término de un juicio iniciado en 2013 por el tribunal de Grosseto (Toscana) y que lo había condenado en primera instancia en 2015 por homicidio, naufragio y abandono del barco.

Sin embargo el capitán ha seguido en libertad durante el proceso de apelación.

El accidente ocurrió el 13 de enero de 2012, cuando el capitán del crucero de 114.500 toneladas decidió acercarse a la isla italiana de Giglio, en la Toscana, una maniobra arriesgada que provocó el choque del barco contra los arrecifes.

'Espero que con el veredicto de hoy se concluya todo esto y que Schettino cumpla su condena', dijo Alessandra Guarini, abogada de la parte civil. 'No queremos juicios infinitos', agregó.

Los jueces de los dos primeros juicios consideraron que cuando Schettino abandonó la nave era consciente de que aún seguían a bordo cientos de personas, ya que en el crucero viajaban 3.200 turistas y mas de mil tripulantes.

La fiscalía tildó de 'criminal' la decisión del capitán de realizar la arriesgada maniobra, con la que quería rendir homenaje, siguiendo una vieja tradición en Italia, a un comandante jubilado que pasaba las vacaciones en la isla y al jefe de los camareros del crucero, que nació allí.

Asimismo, la fiscalía estimó que la orden de evacuar se dio demasiado tarde y que se hizo de forma improvisada.

La decisión del comandante de abandonar el navío, cuando cientos de pasajeros estaban aún a bordo, indignó a Italia, que no le perdona que violara la más elemental regla de la navegación.

El barco, que quedó semisumergido, fue reflotado y remolcado en 2014 al puerto de Génova, donde fue desguazado.

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